6 estrategias para que los hijos sean más unidos

Tengo una amiga que tiene cinco hijos varones, el mayor de sólo 6 años. Juntos, estos chicos son como un "tornadito" — rebotando entre ellos y contra cualquier objeto que se cruza en su camino. Pero estos chicos son sumamente leales entre ellos. Si otro niño amenaza a alguno de ellos tendrá que enfrentarse a un "¡Oye, déjalo tranquilo! Es mi hermano".

Los hermanos son los amigos que nunca buscamos pero con quienes estamos unidos en esto que llamamos "familia". Salvo en casos de muerte prematura, los hermanos son las personas a quienes conocemos más y con las que compartimos las etapas más tempranas en la historia de nuestra vida.

Me maravillo al pensar en las experiencias que estos 5 chicos compartirán a medida que crezcan, pues serán sus mejores amigos, determinados así "desde la fábrica". Y en el futuro cuántas veces se harán la pregunta "¿te acuerdas cuando...?"

El columnista Frank Bruni escribió en The New York Times, "… sin duda mis hermanos me han visto en mis peores momentos, y yo también los he visto a ellos así. Es como si hace mucho tiempo hubiéramos firmado un contrato, antes de que siquiera nos diéramos cuenta de en qué nos estábamos metiendo. Pero con el tiempo adquirimos la sabiduría para darnos cuenta de que no nos habían engañado. Hemos sido bendecidos: compartimos un centro en común, mis hermanos son un público que jamás me esquiva la mirada ni se ahorra los aplausos.

En el caso mío y de mis hermanos, cada vez que alguno tenía casa nueva, novia nueva o un recién nacido nada se sentía de verdad ni completo hasta que todos los demás podían compartirlo bien sentados en primera fila".

Algunos hermanos son más unidos que otros, y hay algunos que de adultos viven más distanciados que otros. La pregunta es ¿cómo podemos fomentar amistades de por vida entre nuestros hijos, de manera que cuando ya no estemos preserven nuestras historias y las compartan con la nueva generación? A continuación presento algunas estrategias para convertir a los hermanos enemigos en hermanos amigos.

1. Apoyarse mutuamente.Todos los niños participan en actividades, y es importante que los otros hermanos puedan ver a su hermano o hermana llevar a cabo esas actividades. Yo ya perdí la cuenta de las veces que asistí a juegos de baloncesto de mis tres hermanos menores, en la escuela y en la universidad. Cuando nos apoyamos mutuamente (incluso cuando no nos divirtamos o cuando no sea práctico) se crea la expectativa de que el apoyo seguirá existiendo una vez que seamos adultos.

2. Juntos y revueltos.Entiendo que muchos padres deseen darle a cada hijo su propia habitación, pues sin duda así se eliminan muchos problemas que surgen por tener que compartir espacio. Pero a veces es preferible que compartan un dormitorio, los hermanos en uno y las hermanas en otro, respirando el mismo aire de vida, recurriendo al otro en conversaciones nocturnas que les ayudan a resolver sus problemas.

Mi hermana y yo compartíamos nuestra habitación hasta que ella se graduó de la secundaria. A ella no siempre le gustaba que su hermanita se metiera en sus asuntos personales (como la vez que me sorprendió leyendo su diario). Un día trazó una línea imaginaria en el piso, por la mitad de la habitación, y me dijo: "Éste es mi lado. Ése es el tuyo. No cruces la línea". No pasó mucho tiempo hasta que la línea invisible comenzó a desvanecerse, a medida que superamos nuestras diferencias y nos volvimos más y más unidas después de todas las noches que pasamos juntas".

3. No hacer comparaciones.Una de las cosas perjudiciales que podemos hacer como padres es comparar a un niño con otro. Tal como lo escribí en mi libro Crianza con poder espiritual, "comparar a los niños con sus hermanos o con otros niños a menudo fomenta el desánimo en el niño que no puede igualar las capacidades y la naturaleza de los demás".

Críe a cada niño como una persona individual, valorando las diferencias que tiene cada uno. Personalmente, cuando trato a dos niños de manera diferente y alguno me responde con un "¡No es justo!", les recuerdo que "justo" no significa "igual", sino que lo que es mejor para cada uno.

4. Crear recuerdos en común.Asegúrese de dar prioridad al tiempo con la familia. Esto incluye las comidas familiares, reuniones familiares semanales y noches de actividad, también vacaciones en familia y actividades al aire libre. Establezca tradiciones familiares que sus hijos puedan recordar con cariño cuando sean adultos. ¿Qué cosas les gusta hacer juntos a sus hijos? Ir de campamento, pesca, caza, senderismo, deportes, paseos a caballo, ciclismo de montaña, las artes, cocina y muchas otras cosas pueden ser actividades que creen y fortalezcan lazos afectivos.

5. Fortalecer los vínculos.Cuando sus hijos crezcan y se vayan de casa probablemente vivan lejos entre sí. Se dedicarán s sus carreras y a la crianza de sus propias familias, y es posible que no mantengan mucho contacto entre ellos. Estar lejos físicamente disminuye las posibilidades de recibir o dar apoyo emocional. Podemos fortalecer los vínculos mediante el establecimiento de una comunicación permanente entre hermanos, sus esposas y sus hijos, estableciendo una buena relación entre los primos.

Asegúrese de compartir con todo el mundo las noticias familiares importantes, como el nacimiento de bebés, graduaciones y compromisos. Aproveche las redes sociales, páginas de Facebook y FaceTime, así como considerar la creación de un blog para toda la familia. Para los que vivan a grandes distancias, Skype ofrece la oportunidad de hablar por internet, "cara a cara" y sin costo.

6. Darle tiempo al tiempo.Una madre que conozco crio a 5 hijas, todas muy competitivas. Estas chicas se peleaban mucho durante su infancia y adolescencia, por la ropa, la habitación, el maquillaje, lo que fuera. Esta madre me contó que a menudo le daban ganas de darse por vencida, y les preguntaba "¿Cuándo será el día en que sean amigas?"

Quizás en el momento hubiera parecido imposible, pero como pasa con muchas hermanas que crecen juntas y crían a sus propias familias se convierten en las mejores amigas. Muéstreles a sus hijos las maneras en que sus propios hermanos (los tíos y tías de ellos) han enriquecido su vida durante los años. Tenga paciencia. Con el tiempo, pueden suceder muchos milagros.

Uno de los mejores regalos que les podemos dar a nuestros hijos son sus hermanos. Clara Ortega lo describió de esta manera: "en el mundo exterior todos crecemos, pero no pasa lo mismo con los hermanos. Nos reconocemos como siempre fuimos. Sabemos todas las historias. Compartimos chistes familiares, chistes que sólo nosotros entendemos. Recordamos las peleas familiares y los secretos, las penas y las alegrías. Juntos vivimos al margen del paso del tiempo".

Y usted qué hace para que sus hijos sean mas unidos?