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Hace seis años, Felipe Calderón tomó posesión como presidente en la ceremonia más escandalosa que se haya realizado en México. Como por arte de magia, Calderón apareció en el estrado principal del Palacio Legislativo de San Lázaro. Junto a Vicente Fox, en medio de las protestas y rechiflas de los diputados de izquierda, protagonizó su toma de protesta. Entre sus primeras acciones de gobierno, Calderón sacó al Ejército de los cuarteles militares y los puso a cuidar las calles, dotó de mayor poder a las corporaciones policíacas y desató una guerra en contra de los cárteles de las drogas y el llamado "crimen organizado". La guerra, dejó como saldo a un número incontable de muertos, pues a la fecha no existen cifras oficiales. El gobierno calderonista tiene una base de información de las muertes registradas en los últimos seis años, más no detalla las muertes perpetradas por el crimen organizado. Hasta junio de 2012 se habían cometido 94,357 "homicidios dolosos" en todo el país. De ahí se desprenden otras cifras, como estadísticas que hablan de 47,515 muertos por presunta rivalidad delincuencial. A esto se le suman 5,397 casos de personas reportadas como extraviadas o ausentes en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de 2006 a marzo de 2012; aunque las organizaciones civiles señalan a más de 20,000, ya que muchas familias no denuncian por temor. También se habla de 1,2 millones de desplazados que han abandonado pueblos y ciudades, por causa de la inseguridad. Calderón, buscaba ser "el Presidente del empleo" y termina su administración con el peor escenario de pobreza extrema en México. La economía informal, el subempleo y la inflación, han deteriorado el nivel de ingresos de los mexicanos, dejando a unos 60 millones, el 69% de la población en pobreza de ingresos. EVALUACION Tres de los mexicanos que han escogido Utah para formar un nuevo hogar platicaron con OKespañol, sobre como evalúan el desempeño del presidente Calderón durante su sexenio. Salvador Lazalde, presidente de la Federación de Mexicanos Unidos en Utah, considera que aunque pudo haber sido más moderada, la estrategia de Calderon contra el crimen fue acertada. "El problema fue que el Presidente comenzó una guerra y se quedó solo, la corrupción nos ganó", señaló Lazalde, quien por cuestiones de seguridad se abstuvo de visitar el país en los últimos seis años. "Fue agresivo, le entró de frente a un problema grave, pero se quedó solo, creyó que tenía un ejército, pero una parte desertó", dijo refiriéndose al grupo de Los Zetas. "Desafortunadamente el pueblo fue el que perdió", opinó. Lazalde destacó los esfuerzos de la administración calderonista por limpiar la corrupción de las instituciones, pero recalcó que han sido insuficientes, lo que también ha sido responsabilidad de la comunidad, apuntó. En cuanto a las muertes, piensa que una ligera mayoría fueron casos de personas inocentes y lejanas a la guerra. Raúl López-Vargas, representante de la Federación de Clubs Mexicanos en Utah coincide con la idea de que la corrupción es uno de los problemas más graves del país, pero argumenta que es una cuestión añejada y heredada por una cadena de administraciones presidenciales anteriores a Calderón. Criticó la falta de un proyecto alternativo de nación, que exprese la voluntad colectiva del pueblo a largo plazo y ofrezca un rumbo de dirección para el país, el nulo apoyo para promover el desarrollo del campo y los privilegios para la clase social industrial. López-Vargas, también piensa que la estrategia militar de Calderón fue acertada y necesaria, pero sugiere que la prevención del delito es más efectiva con la formación de policías comunitarias y no llevando a policías estatales o federales a zonas que desconocen, y en las que no tienen arraigo. Finalmente Rocío Mejía, directora de la organización Una Mano Amiga, lamentó profundamente cada una de las miles de muertes del gobierno de Calderón. Recordó que en marzo de este año, el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Leon Panetta, dijo que las muertes en México ascendían a 150 mil y que fueron funcionarios mexicanos, los que le dieron el número de muertos en un acto de sinceridad y cercanía. Mejía recalcó, que el Gobierno Mexicano tiene la obligación de ofrecer cifras verdaderas a la población y objetó por la falta de información oficial referente al número de niños y niñas asesinados, los desaparecidos, los desplazados, los cadáveres no identificados, los feminicidios y otros "daños colaterales" que ocasionó la guerra. Para el grueso de la población mexicana, el sexenio de Calderón termina con un saldo pesimista en materia económica y de seguridad. Las encuestas de popularidad en la recta final del sexenio, le dan la aprobación de solo el 49% de los mexicanos. Tania Navarro is an investigative reporter for OKespañol, a Hispanic publication of Deseret Media. She writes stories focusing on minority issues, in particular the Mexican community in the Wasatch Front. tnavarro@okespanol.com
