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La competencia por el voto hispano hizo pasar el jueves la atención de la contienda por la gobernación en Texas a la frontera con México, donde los demócratas defendieron las derrotas de Wendy Davis en bastiones del partido ante un retador poco conocido que apenas hizo campaña.
El republicano Greg Abbott, a quien le fue aún peor que a Davis en condados fronterizos pese a los pobres resultados de la demócrata, no quiso hacer comentarios sobre su rival. En lugar de ello anunció su objetivo para noviembre de romper el récord de respaldo hispano para un candidato republicano a gobernador, que se considera fue establecido por George W. Bush en 1998.
Bush capturó hasta 49% del voto hispano ese año, de acuerdo con algunos sondeos a boca de urna, aunque otras encuestas dan una cifra más baja.
"Vamos a ser más competitivos que nunca", dijo Abbott el jueves.
Davis, una estrella demócrata a nivel nacional respaldada por un poderoso equipo de campaña, ganó fácilmente las primarias con 79% de los votos en el estado. Pero perdió varios condados fronterizos ante Ray Madrigal, un juez municipal de Corpus Christi que nunca reportó gastos ni recaudación de fondos.
Fue un resultado incómodo para Davis, que recaudó al menos 16 millones de dólares y es el rostro de un Partido Demócrata en Texas que está contando con una población hispana en rápido crecimiento para poner fin a dos decenios de dominio republicano en el estado.
Davis dice que va a trabajar para ganarse a los votantes del sur de Texas, pero no ha tratado de explicar su pobre desempeño a lo largo de la frontera.
Abbott hizo el jueves la primera escala de su campaña para las elecciones en el condado Hidalgo, donde Davis perdió por casi 2.000 votos.
"No puedo hacerme pasar por experto", dijo Abbott cuando se le preguntó sobre los resultados de Davis. "Lo que puedo decirles es lo que veo estando aquí, que es un creciente vínculo con la comunidad".
A Abbott le fue aún peor en el condado Hidalgo que a Davis, quien consiguió el triple de votos allí que el secretario de Justicia de Texas. El condado Hidalgo no ha favorecido a un republicano para gobernador desde George W. Bush en 1998, y hace cuatro años, el gobernador Rick Perry perdió en proporción de 2-1 ante su rival demócrata Bill White.
Abbott dijo que el Partido Republicano de Texas trataría de atraer a los hispanos como nunca antes. Pero los republicanos ya han estado a la defensiva: los demócratas fustigaron la referencia de Abbott a "países del Tercer Mundo" al describir una serie de casos de corrupción en el Valle del Río Grande, y el senador San Patrick, candidato a vicegobernador, ha lamentado la "invasión" de inmigrantes a través de la frontera de Texas.
Davis, primera mujer nominada a gobernadora del estado desde Ann Richards, dijo que los votantes van a ver ese contraste.
"Yo he estado en la región fronteriza del estado varias veces, en realidad en múltiples ocasiones, en la campaña, y planeo visitarla múltiples veces en el futuro", dijo Davis. "También planeo estar allí si tengo el privilegio de ser elegida gobernadora, y pienso que esa es una de las cosas más importantes a considerar".
