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Hacer dieta es una de las cosas que resultan más difíciles para la mayoría de las personas. Todo lo que ofrece limitaciones y reglas que involucran gran parte de nuestra voluntad resulta complicado. La buena noticia es que aunque seguir una dieta es sumamente difícil, romper con malos hábitos resulta mucho más fácil para nuestro cerebro.
Todos tenemos diferentes dietas alimenticias; ingerimos más o menos cosas dulce, más o menos frituras, más o menos proteínas, y romper con esto es difícil. Lo bueno es que en la mayoría de los casos lo que ingerimos durante las comidas a lo largo del día no es lo que nos hace más daño.
¿Cuántas veces no se encontró comiendo a deshora algo que ni siquiera tenía ganas de comer, o sin darse cuenta se terminó un contenedor de helado sin pensarlo? Aquí compartimos algunos trucos fáciles para reentrenar a su cerebro y tener hábitos más saludables.
• Comer sin pensar
Las porciones cuentan, pero el involucrar a nuestro cerebro mientras comemos también. Es muy común comprar la porción más grande de palomitas de maíz para ver una película y sin darse cuenta terminar con ella. Su mente está entretenida en otra cosa y sus manos sólo bajan y suben cargando palomitas del contenedor y descargándolas en su boca.
Brian Wansink, psicólogo de comida, publicó un estudio que arrojó como resultado que aquellos que van al cine a ver películas consumen un 45% más de palomitas si compran una porción extra grande que los que compran una chica. Lo interesante es que ambos ofrecen la misma satisfacción, los que comieron más no se sienten más llenos, y los que comieron menos, no sienten hambre.
La solución es tener porciones pequeñas si sabemos que vamos a estar distraídos haciendo otra cosa mientras comemos, o reemplazar el alimento por agua o alguna bebida sin azúcar.
• Levantarse a comer en medio de la noche
Hay una controversia general en cuanto a si es mejor o peor comer cada 4 o 3 horas para mantener al metabolismo activo, sin embargo lo que parece hacer la diferencia es lo que comemos durante las horas de la noche.
Los investigadores de la Universidad de Northwestern encontraron que al darle de comer comida alta en grasas a los ratones durante el día, que es cuando estos duermen, los hizo aumentar de peso considerablemente en comparación con los ratones que sólo comieron durante la noche, que es cuando estos están activos.
Si nos despertamos durante la noche habitualmente porque tenemos hambre, lo más común es que tomemos lo primero que encontremos a mano; un poco de helado, queso o el resto de alguna comida. Ninguna de estas opciones es buena ya que para dormir el cuerpo no necesita energía extra.
La solución es cepillarse los dientes antes de dormir, y de nuevo, tomar agua o alguna bebida sin azúcar en caso de sentir hambre. Con el tiempo el cerebro entiende que no va a haber comida en medio de la noche, y esto deja de ser un problema.
• Guardar caramelos, chocolates u otros alimentos altos en calorías no nutritivas para comer durante el día
Recientemente la Universidad de South Carolina publicó un estudio que muestra el incremento de personas que hacen esto, y lo más alarmante, es que cada vez son más los niños que lo hacen.
La solución es fácil, en vez de guardar alimentos calóricos y no nutritivos para cuando sienta hambre, guarde cosas saludables, como nueces, almendras, frutas secas, barras energéticas, etc.. Y otra vez, si ya comió y no debería sentir hambre otra vez, recuerde de tomar agua, muchas veces el cuerpo necesita agua y nosotros lo confundimos con hambre.
• Saltearse el desayuno
Todos tenemos días complicados y a veces el tiempo no alcanza. Pero quizás es mejor planear con tiempo o dejar de lado otra cosa y no el desayuno. Un estudio realizado en una escuela en China demostró que aquellos niños que no tomaban desayuno tenían más posibilidades de engordador en el lapso de 2 años que quienes si ingerían un desayuno diariamente.
• Comer demasiado rápido
El cerebro y el estomago no procesan la información simultáneamente mientras usted está masticando. Cuando come muy rápido, puede que su cerebro ni se entere que ya comió. Los estudios en cuando al tema señalan que le toma al cerebro entre 15 y 20 minutos para saber si su estomago esta lleno o no. Así que si usted consume su comida en menos de este tiempo verá que terminó un plato lleno y sigue con hambre como si no hubiera comido.
Coma despacio y si no puede, luego de comer una porción espere 15 minutos y dele tiempo a su cerebro a que registre que su estomago está lleno.