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Cómo el diseño de una vivienda puede alentar la unidad familiar

Cómo el diseño de una vivienda puede alentar la unidad familiar


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Gina Tentzeras y su esposo Chris se sientan uno junto al otro en el sofá frente a dos televisores iguales ubicados sobre el aparador, mientras su hijo, instalado en medio de ellos, resuelve un rompecabezas en su iPad. Han diseñado ese espacio familiar en su casa de Fort Lauderdale, Florida, para compartir algo que disfrutan: los videojuegos.

“Para nosotros es un gran vínculo”, dijo Gina.

Ambos tienen empleos exigentes, pero ella señala que considera los juegos “una gran prioridad” durante una hora y al menos tres veces a la semana. Ya sueña con el momento en que Demetri se les sume y cuenta que el pequeño juega en su iPad “con una asombrosa habilidad y eficiencia para un niño de tres años.”

Cómo el diseño de una vivienda puede alentar la unidad familiar

Del otro lado del continente, en Bountiful, Utah, Tonya y Jeff Olsen disfrutan del tiempo familiar en la casa de 1960 que renovaron pensando en esa unidad. Mientras él mira televisión, ella lee a escasa distancia. Zach y Aiden, de quince y trece años respectivamente, también están presentes y juegan con sus teléfonos.

Las familias se congregan donde sus integrantes puedan estar en grupo por más que no desarrollen las mismas actividades. Ese cambio en la vida familiar se refleja en la última tendencia del diseño de viviendas: una planta abierta en la cual confluyen la cocina y los espacios de living y comedor.

Si bien los constructores y decoradores de viviendas señalan que cada vez son más las familias que renuncian a un comedor formal, no se trata de una decisión tomada a expensas de la reunión.

La Asociación Nacional de Constructores de Viviendas, NAHB por la sigla en inglés, determinó en un estudio del año pasado que la mayor parte de los compradores de viviendas consideraban que un espacio para comer juntos en la cocina era algo “imprescindible” (36 por ciento) o “deseable” (49 por ciento), dijo Stephen Melman, que dirige el grupo de políticas económicas y de vivienda de la asociación. “El 85 por ciento, por lo tanto, dijo que quería comer en familia.”

Melman considera que los diseños abiertos actuales son aun más familiares que los diseños anteriores, dado que crean “un hogar más fluido, en el que todos están juntos y no separados en habitaciones individuales.”

“Pienso que las familias tienden a querer estar juntas, sobre todo en casa y luego de un largo día de trabajo o estudio”, coincidió Matthew Mead, un reconocido diseñador, escritor, fotógrafo, especialista en forma de vida y editor de revistas.

Comer juntos

Las cocinas se convierten en el espacio más importante de las casas de sus clientes, “el corazón del hogar, donde familiares y amigos pueden reunirse para distenderse, trabajar y jugar”, dijo Tonya Olsen, propietaria y diseñadora de interiores de LIV Showroom en Bountiful.

La investigación indica que compartir las comidas es una parte importante de una adolescencia saludable.

Los niños de familias que cenan juntas la mayor parte de las noches tienen mucho menores probabilidades de consumir drogas ilegales, fumar o abusar del alcohol. Los niños que crecen y llegan a los 21 años sin utilizar esas sustancias probablemente no lo harán nunca, según una investigación del Centro Nacional de Adicción y Abuso de Sustancias de la Universidad de Columbia.

Lorie McClory y su esposo compraron una casa de diseño abierto cuando sus hijos eran pequeños. La amplia cocina y comedor que alguna vez consideró que sería demasiado ruidosa, es ahora uno de sus espacios favoritos. “Podemos hablar mientras terminamos de preparar la comida y ponemos la mesa, mientras cenamos y también después, mientras limpiamos”, dijo.

Sus hijos tienen ahora diecinueve y veintidós años, y por lo general están en la universidad, pero cuando se encuentran en su casa, ubicada en Grantham, New Hamshire, cenan juntos al menos tres veces a la semana, por más que a veces se trate “sólo de un bocado rápido entre nuestra llegada del trabajo a casa y su salida con amigos.”

Los especialistas destacan que las familias pueden variar las comidas que comparten, siempre y cuando sean muchas, y obtener los mismos resultados. Se puede comer en el suelo: lo importante no es el “cuándo” ni el “dónde”, sino el “cómo”. Es importante concentrarse en la interacción, de modo que hay que apagar el televisor.

Un “centro” de actividad

Todo lo que antes se desarrollaba en habitaciones diferentes, ahora transcurre a menudo en un solo espacio y de manera menos formal, dijo la diseñadora Mead. “Comer juntos es algo que se ha vuelto mucho más informal, y buena parte se lleva a cabo con prisa. Los niños pueden llegar a casa y comer alrededor de la mesada de la cocina, mientras que los padres pueden sentarse a la mesa. El espacio se construye en torno a nuestra forma de vida. (El diseño abierto) proporciona lugares para encontrarse y comunicarse. También contiene el tipo de caos de la vida cotidiana, y eso parece ser mejor.”

También hay otras formas de reforzar la relación entre padres e hijos aparte de compartir las comidas. “Muchas familias tienen una vida muy ocupada, con agendas que comprenden compromisos de trabajo, juego, escuela e iglesia. Es mucho. El hogar puede contribuir a crear un refugio para la conexión y la comunicación”, dijo Karen Lankford, una diseñadora de viviendas de la Sociedad de Diseñadores de Interiores de los Estados Unidos en Santa Fe, Nuevo México.

“Muchos constructores con los que trabajo en la actualidad incorporan un “centro”, un espacio central que puede albergar tareas escolares, pago de cuentas y coordinación de actividades. (…) La idea es crear un espacio al que a todos les resulte fácil acceder y que puedan disfrutar, en una ubicación que proporcione tiempo juntos con desarrollo de múltiples tareas.”

No hace falta mucho espacio, pero significa que los padres no desaparecen en una oficina en el fondo de la casa para pagar las cuentas y que los niños no se encierran en sus habitaciones a hacer la tarea, dijo Lankford. “Significa que los padres pueden dar el ejemplo a sus hijos en lo que respecta a cosas como el manejo del tiempo y la responsabilidad económica, así como que están de inmediato disponibles para escuchar hablar a sus hijos sobre su día y su tarea escolar”, declaró.

Tanto la cena en común como los espacios familiares son importantes para todas las familias, coincidió la Dra. Angela Butts Chester, de New Life Pastoral Counseling en Long Beach, California. Hasta las familias cuyas actividades les impiden compartir una comida pueden reunirse en el espacio común en diferentes momentos del día.

Los espacios ofrecen los mismos recursos: “afecto, tiempo, cercanía y una sensación de contención”, dijo. “Pero un solo espacio nos permite recostarnos, lo que no pasa en el otro caso. Independientemente de si estamos sentados o recostados, comiendo o viendo una película juntos, siempre están presentes las emociones y las historias relacionadas con el vínculo que se establece con la familia.”

Mead señaló que los espacios comunes son “un compartimento para la vida cotidiana”, un lugar para comer, hacer la tarea escolar, para comunicaciones cotidianas, que abunda en espacios para tareas, tecnología o arte. Son multigeneracionales y de múltiples tareas, tal como la gente que los usa.

Vivir los valores

Laura Barra, una consultora en educación, dijo que las familias florecen cuando sus hogares reflejan lo que valoran. Pide a las familias que lo escriban. Al examinar los valores que enumeran las familias, describió cómo se los puede incorporar al diseño.

“Si dicen, ‘los buenos libros son importantes para nosotros’, entonces quiero ver libros por todas partes, en bellos estantes, en mesas de café, en lugares a los cuales tengan acceso los niños”, dijo Barr.

Algunos padres instalan la lavadora y la secadora en la planta principal, de modo tal que hasta los niños muy pequeños puedan contribuir de esa forma a las tareas de la casa.

Se trata de “vivir con intención”, dijo Barra, de crear oportunidades y espacios para interactuar.

Los padres que aman las palabras pueden colocar un Scrabble magnético sobre el refrigerador y luego improvisar juegos con sus hijos.

Convergencia

Olsen considera que las familias interactúan de numerosas formas. En un reciente juego de béisbol, sus hijos aderezaron la acción del campo de juego con comentarios, pequeñas historias y enseñándole a la madre videos en sus teléfonos.

Piensa que de esa forma aprende mucho sobre sus hijos y qué cosas les entusiasman, algo que de otra manera no podría saber. “Las familias actuales tienen una dinámica interesante”, agregó.

En la vida de una familia hay margen para muchas interacciones. Pero los padres deben asegurarse de tener tiempo de cooperación además del tiempo en paralelo, afirmó la especialista en relaciones familiares Fran Walfish, psicóloga en Beverly Hills, California, y autora de “The Self-Aware Parent:Resolving Conflict and Building a Better Bond with Your Child” (Los padres conscientes: Resolución de conflictos y construcción de un mejor vínculo con su hijo).

“Que todos estén haciendo lo suyo sentados unos junto a otros es una etapa anterior en el desarrollo de las relaciones”, dijo. “La relación en paralelo es muy buena, pero no sustituye la relación individual ni el compromiso familiar.”

Lo que no tiene importancia es dónde se desarrolle, añadió. “El motivo por el que hoy tenemos grandes problemas como las pandillas es que todos los niños necesitan sentir que pertenecen a un grupo. Hay que tener en cuenta que el primer grupo es la familia de origen.”

El contacto visual, la conversación, la falta de distracciones que proporciona una comida familiar es difícil de igualar, dijo. “Eso es algo que ingresa a nosotros como la penicilina, y nada puede reemplazarlo. Es lo que hace que los niños se sientan importantes, valorados y especiales, y lo que permite que un niño crezca esperando eso, y no migajas, de otra persona importante.” Cecilia Beltramo is a Uruguayan translator, journalist and borzoi breeder living and working in Buenos Aires, Argentina, for several years now for both local and international media. You can contact her via email at: ceciliabeltramosalaverria@gmail.c

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Lois M. Collins

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