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El jueves 13 de septiembre algo especial pasó con mi hijo Alex Yapias. Desde muy pequeño su mayor deseo había sido el servir una misión para la Iglesia de Jesucristo de los Santo de los Últimos Días y llegó su llamado a la Misión de Neuquén en Argentina. Como padres deseamos lo mejor para nuestros hijos, especialmente nosotros los inmigrantes. Cuando venimos a este país poco sabemos hasta donde vayamos a llegar. Yo vine a la edad de 14 años de Perú. Todos mis hijos nacieron aquí, y por mucho que hablo con ellos sobre mi Perú, solo tienen una idea vaga de lo que es. En casa compartimos la comida, nuestras tradiciones e historia, pero más allá de eso, ellos tienen la mínima idea hasta que visitan nuestra madre tierra personalmente. Ese fue el caso de mi hijo Andrés cuando viajamos en el 2009 a Perú. Desde ahí en adelante, ya estaba consciente de lo que era ser un inmigrante en este país. No le hace de que religión o de que país eres, cada uno de nosotros tenemos algo que compartir y hacer. Hoy veo a muchos inmigrantes más involucrados y participando en muchas actividades de sus familias y de la comunidad. Tanto, que hay muchas oportunidades de servicio y así, hacer la diferencia. En lo personal, mis hijos cuando están conmigo siempre tienen algo que hacer en la comunidad. Ellos han participado en muchos servicios comunitarios y en las marchas. A su edad poco entienden, pero a cómo van creciendo van despertando y tomando conciencia de todo en lo que hemos participado. Nunca tuve la oportunidad de servir una misión como lo están haciendo mis hijos, pero aprendí que hay otras maneras de estar al servicio de tu gente. Muchas veces mis amigos preguntan ¿Cómo es que lo haces todo? Para mí, es simplemente cuestión de hacerlo y buscar un tiempo dentro del que tengo libre. En fin, cuando realmente quieres hacer algo, vas a conseguir el tiempo para hacerlo. Muchos de nuestros hijos están empezando un nuevo año escolar, y más allá de sus estudios, los colegios ofrecen muchos programas para involucrarse y participar en estos. Es importante hablar con ellos y hacer que participen en los clubes, deportes y otras actividades que ofrecen, y así es como ellos van a aprender a estar al servicio de otros. Hoy me siento orgulloso de mi hijo Alex Tyler, por su llamamiento a la Misión de Neuquén en Argentina. Más allá de la responsabilidad principal de servir a su Iglesia, va aprender el castellano y a conocer la gente de ese bello país. Cuando llegamos a Utah somos de México, Perú, Colombia, Argentina o de cualquier país de América Latina. Con el tiempo, poco a poco llegamos a ser Latinos de Utah, donde todos somos una sola comunidad no le hace de que país hayamos llegado. Entre nosotros hay mucho que hacer, y espero que cada uno de nosotros podamos hacer la diferencia y extender la mano a quien nos necesita. Conversaciones representan las opiniones de Tony Yapias y no de OKespañol. (801) 577-3200 . Correo electrónico: tyapias@yahoo.com.