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¿Puede el turismo erradicar la pobreza en el sitio más remoto del mundo?

¿Puede el turismo erradicar la pobreza en el sitio más remoto del mundo?


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Bo White ha hecho muchas excursiones. Entre su carrera en el ámbito del desarrollo internacional y su amor por la escalada y las caminatas, el hombre de 31 años anduvo por todo el mundo. Pero ningún lugar como la Cordillera del Pamir.

¿No le suena ese nombre? A la mayoría tampoco – aunque la región del Pamir, ubicada en la sección del Himalaya en Tayikistán, ofrece algunos de los mejores sitios para escalar del mundo.

“Es prístino, es hermoso”, cuenta White sobre el Pamir, conocido por prados salpicados por flores silvestres y ovejas, ríos y lagos de color turquesa y algunos de los mejores picos del mundo, que le dan a la región el apodo “Techo de los dioses”.

Hay excursiones que White no volvería a hacer ni siquiera si le pagaran – por ejemplo, la que hizo al campamento en la base del Everest, en Nepal. White cuenta que está llena de turistas y basura. Pero en el Pamir no hay ayudantes para llevar su equipaje. Y hay territorios no explorados. “Puedes escalar picos de gran importancia aún no conquistados, realizar el primer ascenso. Eso es emocionante para un escalador”, dice White.

El Pamir es prístino por ser recóndito – queda lejos de aeropuertos, ciudades y carreteras confiables. Está tan lejos del mar que es de hecho es técnicamente uno de los lugares habitados más remotos en esa condición, lugar que, sin transporte ni oportunidades, cae en la pobreza. Muchos de los 220.000 habitantes de la región viven en la pobreza y un cuarto de ellos subsiste con menos de dos dólares por día. Muchos sobreviven gracias a la agricultura de subsistencia.

Entonces, ¿cómo aliviar la pobreza en uno de los sitios más remotos sobre la Tierra? Para algunos nativos del Pamir y empresarios estadounidenses, la respuesta es atraer a más personas como Bo White.

Primer ascenso

El valle de Wakhan, en la región del Pamir, está flanqueado por los macizos de Shokhdara y Hindu Kush, lo que convierte el lugar en la región más montañosa de Asia Central, con picos de más de 6.700 metros. Está salpicado con fuentes termales, ríos y lagos serenos y monumentos budistas y zoroastristas. La antigua Ruta de la Seda lo atraviesa en dirección a China.

No es un mal lugar para trabajar de guía turístico, y la PECTA (Asociación de Turismo Ecocultural del Pamir) está tratando de capacitar a un mayor número de ellos. La PECTA es una organización local creada para impulsar el turismo en la región, y White trabaja con ella para entrenar guías todos los veranos boreales.

White fundó el Club Alpino del Pamir (PAC) para capacitar a decenas de aspirantes a guías, pero en los últimos años él redujo el número a cinco o seis, con un proceso de solicitud que sólo aprueban los más dedicados.

Uno de los guías es Sharaf Saidrakhmonov, de 29 años, director del PAC. Sharaf habla un inglés excelente, además de ruso, pamir y tayiko, como la mayoría de los habitantes de la zona. Él también habla farsi. A Sharaf lo buscan excursionistas que necesitan que alguien organice y guíe las escaladas, y él estudió alpinismo, esquí y escalada.

Él y su mujer esperan su primer hijo, y él mantiene a su familia principalmente con el dinero que gana durante la temporada turística alta, entre mayo y septiembre. También como muchos en la zona, él toma trabajos eventuales para cerrar las cuentas, como manejar un taxi.

Bien alto

El objetivo de la PECTA es entrenar a más personas como Sharaf, atraer más turistas y crear empleos en hotelería, restaurantes y equipos.

Hasta ahora, el número de guías superó cien personas en los últimos años, y los turistas pasaron de un par de cientos hace una década a casi dos mil en la última temporada alta. No es una avalancha de visitantes, pero sirve para empezar.

White, que estudió en una universidad del Pamir gracias a una beca Fulbright, cree que los nativos de la zona son aptos para manejar empresas.

“Los Pamir tienen esa chispa emprendedora que tenemos muchos estadounidenses. Les gusta empezar cosas nuevas”.

Matthias Poeschel dirige el Programa de Apoyo para el Desarrollo de Sociedades Montañosas (MSDSP) en el Pamir, financiado con fondos de desarrollo de la Aga Khan Foundation, que apoya el desarrollo en aldeas locales, incluyendo la agricultura y el turismo.

Poeschel confirma la idea muy difundida de que los Pamir son particularmente amistosos y receptivos. “Cuando escalas aquí, es posible que te inviten a tomar un té caliente o a comer algo. Las personas invitan”. De hecho, invitan tanto que la MSDSP debe desalentar a los nativos a que alimenten y alojen turistas gratis, cuenta Poeschel.

“En otros sitios, tal vez baste con apoyar la agricultura, pero en el Pamir no hay tierras para eso”, explica Ryan Bastian, estudiante de MBA en la Universidad Brigham Young que pasó un año viviendo en el Pamir. La idea, cuenta Bastian, es convertir el obstáculo del Pamir para la prosperidad – las montañas – en una oportunidad.

Bastian, cuya esposa viene de Tayikistán, vivió durante un año en el Pamir y ahora está recaudando fondos para “Unveiling the Pamir,” (“Develando el Pamir”) una película que llamará la atención sobre la belleza inmaculada del Pamir y con suerte ayudará a fomentar el turismo aventura en la zona.

Mentalidad de start-up

La mezcla entre historia, una belleza natural impresionante y una población local acogedora y tolerante suena prometedora. Pero también existen grandes obstáculos para aprovechar el turismo en uno de los sitios más aislados del mundo.

El más obvio es el transporte. La región está a 16 horas en coche, o un vuelo adicional de 2 horas desde el aeropuerto internacional de Dusambé, la capital de Tayikistán. Pero hay otras preocupaciones de índole más práctica.

Por ejemplo, la mayoría de los turistas en el Pamir dependen de las “estadías caseras”, un arreglo básico en el que los viajeros pagan por quedarse en casas de habitantes de la zona. Pero la mayoría de estas casas no tiene baños ni retretes como en Occidente. Cuentan con letrinas y pozos ciegos.

Los locales ofrecen comida local; los turistas del Pamir no podrán acceder a una cama con desayuno continental. El FMFB (First MicroFinancial Bank, “primer banco de microcréditos”), también afiliado a la Aga Kahn Foundation, ofrece microcréditos a 12.000 personas en el país y cada vez más, 25% de las cuales son mujeres, y en el Pamir ese dinero puede ser utilizado para mejorar los baños y que los locales que ofrecen estadías caseras tomen clases de cocina.

Y si bien los Pamir son conocidos por su calidez, su cultura es distinta a la de lugares como Nepal, cuenta White. “No van a cargar tu equipaje por ti”, explica White. “Los sherpas no existen en el Pamir”.

En la mayoría de los casos, eso es bueno – White no quiere que los Pamir se transformen en el nuevo Nepal, y la meta de la PECTA es aumentar el turismo de forma sustentable.

El año pasado, el Pamir fue nombrado uno de los “100 Destinos Verdes” del mundo por los grupos de turismo ecológico Travel Mole, Vision for Sustainable Tourism y Totem Tourism.

White cuenta con un modelo basado en la idea de que si se construye lo necesario, vendrán los turistas. “Nadie expuso este lugar ni lo fácil que es salir por ahí y tener experiencias que transformarán tu vida hasta ahora”, explica. E-mail: laneanderson@deseretnews.com

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Lane Anderson

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