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Tal vez nunca se sepa con certeza la razón que llevó a David Q. Phan a terminar con su vida; lo que ahora desean sus familiares es encontrar paz y recordarlo como "el niño sonriente" que solía ser. David, de 14 años de edad y estudiante de Bennion Junior High School en Salt Lake City, se disparó ante sus compañeros de escuela en un puente peatonal cercano al centro escolar. "David había sufrido acoso en los últimos años. Varias veces regresó a casa llorando. Sus intimidadores caminaban con él, le tiraban cosas, se reían de él; cuando ignorarlos no funcionó, él comenzó a enfrentarlos y por eso se metió en problemas en la escuela", relató Vy Lake, prima del menor. "No estamos tratando de encontrar un culpable. Solo queremos que la gente sea más conciente de lo que es el 'bullying' en las escuelas y que todos sean más amigables con sus compañeros", añadió Lake, quien también habló en nombre de los padres de David. COMO RECONOCERLO La tragedia que hoy embarga a la familia Phan, de origen vietnamita, es parte de una problemática que continúa creciendo y afectando a jóvenes en edad escolar en todo el país. Según "Youth Ambassadors 4 Kids Club", una organización dedicada a la erradicación del acoso escolar, en nuestro país un estudiante es sometido a hostigamiento cada siete minutos, y se calcula que el 77% de los estudiantes experimentará algún tipo de abuso físico o mental durante su ciclo escolar. No obstante, existen medidas que los padres y educadores pueden adoptar para ayudar a identificar los signos de abuso y la ansiedad a la que puede inducir, a fin de ayudar a estos niños a atravesar la difícil situación. El abuso puede adoptar muchas formas, como golpes, amenazas, intimidación, burlas y bromas maliciosas, insultos, comentarios de índole sexual, robo o daño de pertenencias y ataques indirectos, tales como la divulgación de rumores o el fomento de la exclusión del estudiante. Actualmente el acoso no se limita al salón de clase, el comedor, los pasillos o el patio escolar, ahora se le suma el hostigamiento cibernético, es decir, por medio de mensajes de texto y portales sociales. Para la víctima, el "bullying" se ha convertido en un desafío constante, las 24 horas del día, los 7 días de la semana. “El abuso puede afectar significativamente a los estudiantes”, afirmó el instructor y experto en hostigamiento de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Phoenix, Dr. John Nixon. “Los niños y adolescentes víctimas de abuso escolar sufren trastornos de ansiedad, temor, retraimiento, baja autoestima y poca concentración. El reconocimiento de los signos de advertencia es el primer paso, hacia la erradicación de este comportamiento”, indicó. Algunos signos que muestra una víctima de abuso son: · Regresar a casa con pertenencias o vestimenta dañadas o sin ellas. · Heridas sin explicación. · Quejas habituales de dolor de cabeza, dolor de estómago o náuseas. · Cambios en los hábitos alimenticios. · Pérdida de interés en los amigos o en la escuela. · Cambios de humor y comportamiento. · Problemas para dormir o pesadillas frecuentes. · Sensación de impotencia o de no ser lo suficientemente bueno. QUE HACER Un proceso de detección, discusión y supervisión del hostigamiento puede ayudar a encontrar una solución eficaz. “El niño puede sentir vergüenza de admitir que es víctima de hostigamiento”, afirmó Nixon. “Muchos niños no hablan con sus padres, porque tienen miedo de ser culpados por la situación o temen ante la reacción de sus padres”, advirtió. Algunos consejos para tratar la problemática son: · Aumente la conciencia: los padres deben reconocer los signos de hostigamiento y darse cuenta de que no están solos. · Fomente la comunicación: pregúnteles a los niños cómo durmieron o qué esperan hacer en la escuela ese día. Sus respuestas aportarán información valiosa. · Obtenga más información: pregúnteles a los maestros, si han notado algo que pudiera indicar que el niño es víctima de abuso. Además verifique los mensajes de texto y el perfil de Facebook de su hijo, para detectar signos de abuso cibernético. · Desarrolle un plan de acción: propóngase supervisar los signos de hostigamiento y observe si persisten y, además, hable con su hijo regularmente para fomentar la comunicación sobre el problema. · Realice un seguimiento: es importante continuar con este proceso. Tenga una participación activa para detectar los signos de hostigamiento y hable acerca de ellos con sus hijos, para encontrar una solución. Si el hostigamiento persiste, actúe. Si es necesario, hable acerca del problema con los padres del niño hostigador. Hable con el maestro de su hijo. Si el maestro no reacciona a su pedido, eleve su queja ante el director o responsable de la institución, si fuera necesario. En las situaciones de hostigamiento, existen más participantes que el hostigador y la víctima, según Nixon. “Generalmente, hay observadores. Son los estudiantes que saben lo que ocurre y fomentan la situación de alguna manera o se sientan y no hacen nada. Necesitamos que más niños dejen de ser observadores y actúen en contra del abuso”, puntualizó. (Con información de Family Features) Tania Navarro is an investigative reporter for OKespañol, a Hispanic publication of Deseret Media. She writes stories focusing on minority issues, in particular the Mexican community in the Wasatch Front. tnavarro@okespanol.com
