Estimated read time: 3-4 minutes
This archived news story is available only for your personal, non-commercial use. Information in the story may be outdated or superseded by additional information. Reading or replaying the story in its archived form does not constitute a republication of the story.
Los resultados de la jornada electoral de esta semana además de definir la continuidad del presidente Obama frente a los destinos de la nación han dejado varias lecciones. La primera y más importante es que ya no se puede subestimar, el poder de los latinos en Estados Unidos. Catorce millones de hispanos se acercaron con entusiasmo a las urnas, y su voto fue determinante para el triunfo del presidente Obama y de la gran mayoría de los candidatos demócratas no solo en Utah, sino a lo largo y ancho del país. Esta es una lección para todo los ciudadanos estadounidenses de que ya no nos pueden ignorar, ahora tienen que aceptar que somos una parte integrante de la sociedad, y que no nos vamos a ir para ningún lado. Aquí estamos y aquí nos quedaremos. Para el Partido Demócrata se confirmó una vez más que el crecimiento de la comunidad latina en Estados Unidos es un hecho demográfico del que pueden beneficiarse en las elecciones, solo en la medida en que se comprometan a defender sus intereses y sus legítimas aspiraciones. Pero quizás, la lección más dura sea para el Partido Republicano que influenciado por sectores ultraderechistas, se plegó a políticas antiinmigrantes que lo llevaron a perder el voto latino. El partido del elefante debe entender que es tras la senda de Reagan, Bush y Hunstman que podrá recuperar el respaldo y el respeto de los latinos, y no siguiendo los prejuicios del Tea Party. La lección para los gobernantes es que hemos depositado en ellos un voto de confianza que no puede ser defraudado. Fue un acto de fe, tal como lo dijo uno de los voceros más representativos de nuestra comunidad a nivel nacional, el congresista de Illinois, Luis Gutiérrez. “Fue un acto de fe que los votantes latinos votaran abrumadoramente por el presidente Obama, quien ha deportado más de un millón de inmigrantes. Ahora el Presidente debe trabajar con el Congreso, para mantener viva esta fe. El mandatario debe llamar a republicanos y demócratas a la Casa Blanca, trazar el curso en materia de inmigración y empezar las deliberaciones”. Y hay también una lección que los latinos tenemos que aprender, y es que con este nuevo poder vienen serias responsabilidades: la responsabilidad de asegurar que nuestros hijos tengan una buena educación para poder ser los futuros líderes de este país, la responsabilidad de no velar únicamente por nuestra familia, sino también de ayudar al prójimo. Asimismo, la de asegurar que todo ciudadano tengo acceso a programas de educación, salud y bienestar para que todos tengamos el derecho inalienable a la búsqueda de la felicidad. Tras el desempeño del voto latino, tenemos que asumir nuestra responsabilidad de ser participantes activos en el gobierno y el crecimiento de la nación, para asegurar que - cómo dijo el presidente Barack Obama al festejar su victoria electoral - "lo mejor está por venir".
