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Muchos estadounidenses no tienen ahorros para emergencias

Muchos estadounidenses no tienen ahorros para emergencias


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Para Melody Hillam, los problemas financieros se centraban en el transporte. Si el auto de la familia se averiaba o si tenían que reemplazar los neumáticos, no tenían un plan alternativo. “Había que arreglar el auto”, dice. Pero no tenían ahorros para pagarlo. El único consuelo para quien no tiene un fondo de emergencia, es no ser la única persona en esa situación. Un sondeo correspondiente al Índice de Seguridad Financiera de Bankrate, realizado por Princeton Survey Research Associates International, constató que 28 por ciento de los estadounidenses, directamente no tienen ahorros para emergencias. Veintiuno por ciento contaba con menos del equivalente a tres meses de ahorros, para cubrir gastos ordinarios. La Corporation for Enterprise Development reveló que 43,1 por ciento de los estadounidenses no cuentan con suficiente dinero ahorrado para subsistir tres meses, ni siquiera en el nivel de pobreza si de golpe sus ingresos se cortaran. Para un gran número de estadounidenses, los ahorros son minúsculos o inexistentes y están a un sueldo o a un pequeño contratiempo de distancia del desastre financiero. Will VanderToolen, director de servicios de asesoramiento en AAA Fair Credit Foundation en Salt Lake City, ve todo el tiempo las consecuencias de este manejo del dinero. Según VanderToolen, en vez de volcarse al ahorro como antes, ahora las personas se vuelcan a otras fuentes. “Las tarjetas de crédito han pasado a ser el fondo de emergencia”, dice. “La gente piensa que no necesita dinero. Para eso está la tarjeta de crédito’, dice”. Y es precisamente así, como Hillam y su marido Todd, de Cedar Hills, manejan los contratiempos financieros de la familia. “Nuestra tarjeta de crédito terminó siendo nuestro fondo para emergencias”, dice. De modo que cuando fue necesario reparar el auto, salió a relucir el plástico y pagó la cuenta. No obstante, Hillam constató que el problema con las tarjetas de crédito era que se agregaba una cuenta más. “Con nuestros ingresos, nuestro presupuesto familiar ya estaba muy ajustado”, dice. “Se volvió más ajustado aún, para pagar y nos costaba encontrar el dinero. Y parecía crecer y crecer”. VanderToolen dice que el interés sobre las tarjetas de crédito y la deuda aumentan. “Si hubieran podido ahorrar lo que pagaron en intereses, habrían tenido algo de dinero”. Muchos no lo hacen, empero, y tampoco guardan dinero. Hillam no ahorró. Su marido Todd recibe bonificaciones trimestrales en su trabajo. “Antes, pensábamos en algo para gastarlo, como una salida en excursión a Park City... Lo considerábamos un efectivo extra”, dice. VanderToolen explica, que esta mentalidad no es infrecuente. “Para las personas es fácil gastar dinero en comidas rápidas o una nueva melodía de llamada o una descarga de una canción en mp3 –y todo suma rápidamente”, dice. “Sin embargo, les resulta aparentemente imposible depositar US$10 en una cuenta para emergencias... Si cuidaran y recortaran sus hábitos de gasto –las pequeñeces que nos gusta gastar en cosas divertidas –podrían ir creando un fondo para emergencias. Pero ¿qué tiene eso de divertido?” VanderToolen calcula que podrían recortar entre un 15 y un 20 por ciento de su presupuesto sin extrañarlo siquiera. Emergencias ordinarias “En cuanto se presenta una emergencia”, dice VanderToolen, “la persona lamenta no haber sido más estricta y haber hecho una reserva mayor. Pero es imposible retrasar el reloj”. La familia de Hillam recibió una ayudita extra, para revertir sus finanzas el año pasado. Ella participó en una campaña de transformación financiera/educativa anual “Imagine a Happier You” cortesía de Deseret Media Companies y sus socios, AAA Fair Credit, Merrill Lynch y Zions Bank, cada uno de los cuales actuó como mentor de una de tres mujeres que participaban en el programa. Crear un fondo para emergencias fue parte de dicho proceso. La familia de Hillam, que incluye a cinco hijos, se benefició con el fondo casi de inmediato. Cuando VanderToolen aconseja a las personas de AAA Fair Credit, le gusta preguntarles, “¿Cuándo se producirá su próxima emergencia financiera?” La respuesta es, por supuesto, que no lo saben. La cuestión es que necesitarán efectivo. ¿Pero cuánto? Según VanderToolen, antes los expertos financieros recomendaban a la gente acumular un fondo para emergencias que cubriera entre seis y nueve meses de gastos. A veces llegaban a decir incluso un año entero de gastos. “Aunque es algo que ya no veo”, dice. Actualmente, los expertos están recomendando de tres a seis meses de gastos. “¿Por qué bajan el nivel?” dijo VanderToolen. Considera, que tal vez se deba a que no intimida tanto. No obstante, él sigue ateniéndose a la recomendación de seis meses. “Pero no son seis meses de ingresos”, dice. Desde su punto de vista, no son ni siquiera seis meses de gastos. Son, en cambio, seis meses de un “presupuesto muy limitado”. “Mire, es un presupuesto de emergencia”, dice. “Se analiza con qué rigor es necesario recortar los gastos para salir adelante”. O sea que aun trayendo al hogar US$4,200 mensuales, una familia es capaz –en condiciones de emergencia- de vivir con US$2.500 por mes. Para esa familia, por lo tanto, un fondo para emergencias de seis meses podría ser de US$15,000. Pasar a un presupuesto para emergencias más bajo, significa hacer cosas como cancelar el cable y otros gastos innecesarios. Sin embargo, VanderToolen dice que la mayoría de la gente debería empezar en pequeño y simplemente tratar de crear primero un fondo para emergencias de US$1,000. Esa cantidad cubrirá la mayor parte de los gastos médicos, reparaciones del auto y reparaciones hogareñas. “Siempre, es posible concentrarse en el fondo más grande en una etapa posterior”, dice. Aunque el fondo para emergencias sea pequeño, puede servir. Si se ahorraron nada más que US$400, la cantidad reduce de inmediato una cuenta de emergencia de US$1.000 a US$600. “Cualquier suma que se pueda apartar será útil”, dice. “Llevará mucho tiempo armar un fondo para emergencias –años incluso- pero está bien”. ¿Cómo crece el fondo? Hillam se propuso contribuir a cancelar la tarjeta de crédito. La familia organizó una feria americana, para empezar a crear un fondo para emergencias básico de US$1,000. Cuando prácticamente reunió el fondo, Hillam tuvo que usarlo. Su bebé Ty fue llevado en helicóptero hasta el Primary Children’s Medical Center en Salt Lake City con un caso grave de RSV (virus sincitial respiratorio). El seguro deducible era US$1,000. “Estoy agradecida de haberlo tenido”, dice. “Nos habríamos visto obligados a cargarlo a la tarjeta de crédito”. VanderToolen implementó varios pasos para poder crear un fondo para emergencias: 1. Pensar cuánto guardar Hacer un inventario del destino que tiene el dinero. ¿Qué es el flujo de caja? Esto ayuda a decidir, cuánto dinero se puede guardar periódicamente para crear el fondo. “Hay que recortar y ajustar la cantidad que se pone, para que resulte una suma significativa en la creación del fondo, pero no demasiado alta como para no dejar dinero para divertirse”, dice VanderToolen. 2. Decidir dónde guardar el fondo VanderToolen recomienda llevar una cuenta aparte. Matt Armstrong, planificador financiero certificado que trabaja en Savant Capital Management en Rockford, Illinois, recomienda mantener el fondo de emergencia líquido como en una cuenta de ahorro con interés alto, en un banco o en una cooperativa. Armstrong, también sugiere una cuenta del mercado de dinero a través de un banco o un administrador judicial de asesores de inversiones, como TD Ameritrade o Schwab. “Conviene guardar el dinero para emergencias en un lugar al que se pueda acceder rápidamente y sin demora”, dice. “Mantenga su fondo para emergencias separado de la cuenta que utiliza para pagar las cuentas y cubrir los gastos”. 3. Automatizar el ahorro Hacer transferir en forma automática, una suma establecida de la cuenta corriente a la cuenta de ahorros para emergencia, en forma mensual o cada dos semanas. Como alternativa, propone VanderToolen, fijar un día en la agenda para girar el dinero. 4. Evaluar constantemente La meta de US$1,000 es sólo el primer paso, dice VanderToolen. Es necesario seguir construyendo hasta ese punto, y reevaluar en el camino. 5. Ajustar hacia arriba y hacia abajo Una vez alcanzada la meta básica de US$1,000, VanderToolen dice que es necesario decidir con qué rapidez se construirá el fondo, hasta el nivel de seis meses. Ajustar la suma de depósitos periódicos para lograr esa meta. La otra cuestión que presentan los fondos para emergencias es, cuándo retirar el dinero de la cuenta. “No para comprar una pantalla de TV grande”, dice VanderToolen. En su opinión, es mejor usarlo solamente para cosas como gastos médicos, reparaciones de vehículos (si se tiene escasez de efectivo), si algo se rompe en la casa y cosas similares. El desempleo o el sub-empleo también es otro uso adecuado para el fondo. “Aunque se escurre rápidamente”, dice. Pero no hay que preocuparse. Habrá emergencias. “Con una familia de nuestro tamaño, siempre hay necesidades y destinos para el fondo”, dice Hillam. “Ahora somos más inteligentes con el dinero, y utilizarlo de esta manera es la mejor decisión”. Ella alienta a la gente a crear un fondo, lo antes posible. Su fondo volvió a su sitio. Aunque quizá no por mucho tiempo. Se presentó otra emergencia médica (a Ty le diagnosticaron diabetes de tipo I). “Todavía no pagamos la factura, pero estoy segura de que lo reducirá”, dice. En definitiva, para eso está el fondo.

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Michael De Groote
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