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Yo estaba sentada en una mesa en un centro comercial tomando una limonada y mis pensamientos pasaban, cuando la conversación en la mesa junto a mí me llamó la atención.
"Mira cómo está vestida esa chica”, una de las mujeres le dijo a su compañero, señalando con la barbilla hacia una joven saliendo de una tienda cercana. "Ella está pidiendo por problemas”.
Ella estaba señalando a una mujer que parecía estar en su adolescencia; llevaba un par de pantalones cortos y una camiseta sin mangas, con los pies cubiertos con botas hasta los tobillos. No había nada especialmente destacable al respecto en el contexto de cómo los jóvenes se visten para el verano.
Yo no podía dejar de preguntarme qué tipo de "problemas" estaba supuestamente buscando esta adolescente, aunque yo estaba bastante segura de que a la mujer que hizo la declaración no le preocupaba (pensando) que (la joven) terminaría con ampollas en sus pies. Lo que yo obtuve de esa conversación fue la sugerencia de que la chica estaba pidiendo atención inadecuada o incluso peligrosa de parte del (sexo masculino).
He escuchado variaciones de esta conversación un millón de veces – incluso, en ocasiones, he tenido este tipo de conversaciones con mis propias hijas ya que yo las animo a vestir un conservadoramente. Quiero que dejen una impresión favorable y voy a admitir que disfruto del ‘susurro de buena-madre’ cuando lo hacen.
Si bien existen un montón de razones por las que me importa cómo se visten mis niñas, no estoy dispuesta a permitir que nadie use sus opciones de vestimenta como una excusa para justificar el comportamiento atroz - y criminal – de otra persona. "Ella se lo buscó" es una mentira dañina que perjudica por igual a hombres y mujeres.
Algunas personas creen que una mujer puede ser responsable de un asalto sexual por la forma en que estaba vestida cuando fue atacada. No es cierto. Es tan ilógico como culpar a una pieza de joyería por ser robada. "Si no fuera tan bonito ...". ¿Quién va a culpar a la víctima de un robo por tener una cartera?
Se trata de justificar lo que no tiene justificación posible.
La opinión de que la forma de vestir conduce a la victimización es una perspectiva deformada que disminuye ambos géneros. Convierte a las mujeres en objetos y luego dice que algunos hombres son demasiado débiles de voluntad para resistir, sin tener en cuenta la depravación de sus acciones.
También se ignora el hecho de que la violación o cualquier forma de asalto no es un caso de afección que salió mal. Es un ataque que se trata de odio, de poder y violencia, y un montón de otras cosas. Es un crimen que no puede jamás ser excusado y ciertamente no por lo que llevaba la víctima. Todo el peso de la culpa pertenece de lleno al perpetrador.
Todo eso.
Los padres, la policía, los maestros, los tribunales, los extraños en un centro comercial que son posibles miembros del jurado (oficialmente o autoproclamado) - todos tienen un papel en aclarar que nunca hay una excusa para atacar a otra persona y que las decisiones que uno toma acerca de cómo tratamos a los demás conllevan directamente a las consecuencias. Asalto a alguien, física o sexualmente, y debe haber una sanción fuerte.
Mis amigos y yo hemos tenido muchas conversaciones acerca de esto. Hombres y mujeres por igual deben saber que son responsables de sus cuerpos y sus acciones - que tienen un derecho indiscutible de decidir si alguien puede tocarlos o no. Ellos tienen el derecho a estar a salvo. Y tienen la obligación absoluta de respetar esos derechos en otros.
Es ofensivo que sugiera que un hombre simplemente no puede controlarse a sí mismo cuando se enfrenta a una chica que muestra la piel o que la elección de su ropa disminuye (la posibilidad de) un asalto. Ese tipo de noción equivocada se pone en el camino de hacer frente a los problemas reales de abusos sexuales y de otra índole de la violencia.
Hay buenas razones para enseñar a las hijas a ser modestas. Esta no es una buena.
Email: lois@deseretnews.com, Twitter: Loisco Mariel Reimann is the Media Manager at KSLespanol. She's studied law at the National University of Cordoba, currently resides in Salt Lake City, Utah. Email: mreimann@ksl.com
