Un balance agridulce deja año político

El año político se cierra para Utah con una información que al cierre de esta edición se encuentra en desarrollo y que contiene un alto significado para Utah. Según el diario The Washington Post el nombre del exgobernador de Utah, Jon Huntsman Jr. estaría siendo considerado como una posible fórmula de reemplazo del actual presidente del Congreso nacional. El precipicio fiscal que amenaza la economía estadounidense por falta de un acuerdo entre el ejecutivo y el legislativo, o más específicamente del Presidente demócrata y una Cámara de Representantes con mayoría republicana, podría tener también consecuencias de carácter político. Su actual presidente, John A. Boehner, enfrenta las presiones del ala más radical de su propio partido y el peso de no haber tenido éxito con sus propuestas, para lograr un acuerdo que zanje la diferencia con Obama en materia de impuestos. Según el diario capitalino, un grupo de conservadores del Partido Republicano ha diseñado un plan para sustituirlo. Los propulsores de esta iniciativa están apelando al artículo I, sección II de la Constitución que no establece que el Presidente de la Cámara de Representantes tenga que ser miembro de la misma. De hecho puede ser cualquier persona que la mayoría de esta célula corporativa elija. El nombre de Huntsman ha surgido como una posible fórmula capaz de lograr un consenso tanto en las bases mayoritarias de su partido, como mas allá de este. “Como presidente, Hunstman podría mirar más allá y ejercer un liderazgo diferente que le permitiría acometer una negociación difícil con el Presidente y que fuera a la vez aceptable para una mayoría de centro”, apunta el Post. Latinos En cuanto a la comunidad latina se refiere, el balance del actual año político es satisfactorio, ya que había sido señalada por la revista Time como el factor determinante en las pasadas elecciones presidenciales. Esto quedó demostrado con una figuración del voto latino que aunque no fue abrumadora, sí fue suficiente para inclinar claramente la balanza a favor del candidato demócrata. En un año electoral como es este que termina, la reelección del presidente Barack Obama fue un hecho político altamente significativo para la comunidad latina. El Presidente logró el favoritismo entre este segmento de la población, más por temor al triunfo de su rival que por identificación con su candidatura. Como han señalado muchos analistas fue más lo que hizo su contrincante Mitt Romney para perder el voto latino, que lo que hizo Obama para merecerlo. Este no solo incumplió su promesa de adelantar una reforma migratoria, sino que además se convirtió en el mandatario que más inmigrantes ha deportado en la historia del país. Esta situación llevó a que uno de los más destacados líderes hispanos, el congresista de Illinois, Luis Gutiérrez, emprendiera una campaña nacional en la que amenazó al Presidente con retirarle el voto de la comunidad latina, sino suspendía la destrucción de las familias por la deportación. Su voz tuvo algún eco y fue así como faltando algunas semanas para las elecciones, Obama estableció el programa de Acción Diferida destinado a beneficiar a aquellos inmigrantes indocumentados que llenen los requisitos del proyecto de ley DREAM Act. En Utah En el plano local, las cosas no fueron tan positivas como se esperaba para la comunidad hispana de Utah que vio disminuida su representación en el Senado estatal con el retiro del senador Ross Romero, y su fracaso en las aspiraciones por conquistar la alcaldía del Salt Lake County. La derrota de Ross Romero gracias a una maniobra de última hora realizada por la Convención Demócrata del condado para favorecer a Ben McAdams, frustró las esperanzas de una comunidad que es ampliamente mayoritaria en esa zona del Estado. Asimismo, las expectativas que se habían levantado en torno al ramillete de candidatas latinas para las elecciones locales se vieron frustradas por la derrota de la mayoría de ellas, aunque las que disputaban su reelección mantuvieron sus curules. Entre los aspirantes se destacaron la reconocida líder Josie Valdez, Liz Muñiz, Angela Romero, Rebecca Chavez-Houck, Mark Archuleta, Celina Milner y Elias McGraw. Tanto la senadora Luz Robles, como la representante Rebecca Chavez-Houck y el representante Mark Archuleta estarán en la próxima legislatura. A estos dos últimos se sumará Angela Romero en la Cámara de Representantes, para engrosar la representación hispana. En estos resultados, también pudo pesar otra maniobra muy utilizada para burlar la representatividad popular que los políticos pueden usar cada 10 años. Se trata del realinderamiento de distritos electorales que se suele convertir en una descarada repartición de feudos de votantes, según las conveniencias del partido dominante. En el caso de Utah, así como en el de otros estados, se observó claramente que los nuevos distritos perjudicaron a los candidatos latinos que vieron sus distritos divididos, para beneficiar a sus contrincantes. Por el lado republicano las cosas tampoco favorecieron a los hispanos, pues el único candidato del Estado que fue Andrés Paredes, tampoco resultó electo. Sin embargo, Michael Clara quien había sido derrotado por Kyle Lamalfa en sus aspiraciones al Concejo local, finalmente logró ser elegido al Board of Education. Como elemento positivo se destaca que las elecciones en el Salt Lake County por primera vez contaron con traducciones en español, tanto en las balotas como en la propaganda oficial. Sobra decir que no se trató de una generosa concesión de las autoridades locales, sino de una ley federal que les impuso este mandato. En lo negativo cabe destacar que la “Utah Office of Ethnics Affairs” que era dirigida por un latino tuvo un entierro de tercera, y su vacío fue llenado por una comisión intrascendente que se reuniría cada tres meses. El otro cargo de relevancia para la comunidad latina, el de Regional Director for Latin American and Canada International Trade and Diplomacy Office de la oficina de desarrollo económico de la gobernación, también dejó de estar en manos hispanas. Paradójicamente, el crecimiento demográfico de la comunidad latina en Utah es inversamente proporcional al de su poder político o representación oficial. Otra de las disputas que más acaparó la atención, no solo local sino nacional, fue la de la silla del veterano senador republicano, Orrin Hatch que tuvo que pasar por el tamiz de las elecciones primarias. Asimismo, el congresista demócrata Jim Matheson se vio seriamente desafiado, por la aspirante republicana Mia Love. El gobernador de Utah, Gary Herbert mantuvo fácilmente su cargo, al imponerse a Peter Cooke con la más alta mayoría registrada entre todas las elecciones para gobernador en el país.