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La institución del matrimonio en los Estados Unidos está en un terreno mucho más inestable que nunca, sugiere un nuevo estudio. Tal vez lo más sorprendente es que no son las parejas jóvenes las que tienen más inestabilidad.
"Hay razón para preocuparse de que el matrimonio no es algo firme en nuestro país y es necesario reforzarlo", dijo Bill Duncan, director del Centro para la Familia y la Sociedad del Instituto Sutherland.
Las tasas de divorcio son más altas que lo imaginado entre las parejas mayores. Los “baby boomers” que están en su segundo o tercer matrimonio se están divorciando a un ritmo elevado, según un estudio realizado por el Centro de Población de Minnesota.
"La generación del baby boom fue la responsable del extraordinario aumento en la inestabilidad del matrimonio después de 1970. Ahora ellos son de mediana edad, pero su patrón de alta inestabilidad marital continúa", dijo el estudio. "El divorcio entre los de 40 años o más es mucho más común de lo que era, y el divorcio entre adolescentes y jóvenes de alrededor de veinte años se ha reducido drásticamente."
El autor del estudio, Steve Ruggles, profesor de historia en la Universidad de Minnesota y Director del Centro de Población de Minnesota, le dio a TIME.com los detalles de la ivestigación.
"La tasa de divorcios en personas de entre 60 y 65 años es tres veces más de lo que era en 1990", dijo Ruggles a TIME.com. "Y para los mayores de 65 años, el incremento es de cinco veces."
El segundo y tercer matrimonio tienen más probabilidades de ser inestables, Ruggles añadió, otra razón por la cual algunos de esos matrimonios terminan en divorcio.
Mientras que las tasas de divorcio aparentan ser más bajas entre los jóvenes, mirándolo más de cerca, los números demuestran que eso es porque los jóvenes no se están casando, sino que viven juntos.
"Así que todavía se están separando, entrando y saliendo de sus relaciones, lo que aumenta el riesgo de ser padres solteros y otras cosas", dijo Duncan.
Aquellos que tienen matrimonios exitosos parecen estar mejor económicamente y tienen niveles de educación más altos.
Jonathan Sherman, un terapeuta matrimonial y familiar, dijo que tener un matrimonio sólido requiere esfuerzo, sin importar la etapa de la vida.
"Lo bueno en mi profesión es que ya no estamos adivinando. La cuestión es cómo hacemos para que la gente ponga el empeño y tiempo para que podamos tomar ese compromiso que adquirieron en su día de boda y traducirlo a un compromiso a largo plazo hacia un matrimonio estable", dijo Sherman.
Sherman cree que hay razones para ser optimistas en relación a estas estadísticas.
"A pesar de que existen estadísticas sobre el divorcio en enormes proporciones, hay fantásticas estadísticas sobre cómo podemos cambiar las cosas", dijo Sherman. "Dos tercios de los divorcios se pueden prevenir con sólo educación e intervención. Es un gran motivo de esperanza." Traducción: Amiel Cocco se recibió con una licenciatura (B.A.) en Mercadotecnia y Comunicaciones de la Universidad Brigham Young. Actualmente vive en Buenos Aires, Argentina con su esposa y sus dos hijas. Email: acocco@deseretdigital.com
