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Recuerdan cuando les enseñaron a andar en su primera bicicleta, o cuando los tomaron de la mano el primer día de clase? O ese día tan especial cuando los hicieron sentir como un adulto. El día de la boda, ella ayudando para asegurarse de que todos los detalles queden perfectos y él tratando de sostener las lágrimas antes de llevar a su hija del brazo ante el hombre que seria su esposo.
Tienen un nombre propio, pero nosotros los conocemos como ‘mamá’ y ‘papá’. Tienen vidas propias, pero para nosotros siempre están allí y sus propios problemas parecen desaparecer cuando el teléfono suena y uno de sus hijos los necesita.
Tienen sueños propios como nosotros, pero los pusieron de lado para ayudarnos a cumplir los nuestros.
Hoy los años han pasado y las arrugas les surcan la piel. No son tan ágiles como antes y a veces les cuesta un poco escuchar. Caminan más lento, “como perdonando el tiempo”, pero todavía atienden el teléfono de prisa cuando ven que es uno de sus hijos.
‘Los viejos’, algunos les llamamos así. Sus cuerpos están cansados y sus mentes no tienen esa misma perspicacia de hace treinta o cuarenta años atrás. ‘Los viejos’ ahora están envejeciendo.
Hoy es el turno de los hijos de cuidar de estos dos seres que nos dieron la vida y que dejaron todo atrás para ayudarnos a crecer y a ser felices. A veces el pensamiento de que ellos están envejeciendo y que no van a estar allí para sostenernos la mano en esos días difíciles de la vida, es aterrador.
Cómo ayudarlos a disfrutar de estos años de su vida y cómo ayudarnos a nosotros mismos a disfrutarlos?
Recientemente alguien me leyó un fragmento escrito en un muro de Facebook por una persona que estaba preparando todo para llevar a su madre a un asilo de anciano para que le dieran el cuidado que ella necesita. Su mamá sufre de Alzheimer y ahora necesita de cuidados especiales.
El fragmento decía algo así: “primero aquella casa grande con un closet gigante para guardar todos sus vestido y pares de zapatos, luego un departamento cerca del mío con un closet más pequeño, no hay necesidad de algo tan grande cuando no se puede usar más que uno o dos tipos de zapatos. Hoy, una maleta con algo de ropa, un montón de recuerdos, algunas lágrimas y el cuarto de la esquina del corredor esperando en un asilo para ancianos".
Todos querríamos que nuestros padres no envejezcan y que permanezcan junto a nosotros por el resto de la vida. Lamentablemente, la vida tiene un plan diferente para cada uno de nosotros.
Pero en ese plan que la vida tiene, nosotros podemos ser los que marquemos la diferencia en sus vidas.
Una de las mejores maneras de ayudar a los padres ancianos es asegurándose de que saben que no tienen nada de qué avergonzarse. Muchas personas, a medida que envejecen, experimentan los dolores de la veje , que suelen ser desagradables y requieren una gran cantidad de ayuda. Las cosas que son simples para usted – subir las escaleras, entrar y salir de la bañera, conducir un coche - puede que ya no sea tan fácil para ellos. Ellos no deben avergonzarse de esto - si usted necesita ayudarles a subir al piso de arriba o ayudarlos a transportarse, bromea sobre cómo ellos hubieron hecho lo mismo por ustedes, y luego recódeles que ellos ya lo hicieron.
Otra gran manera de cuidar de sus padres ancianos es ayudando a que se mantengan saludables. Esto puede ser más difícil de lo que parece – cuando el cuerpo envejece las edades del sistema inmunológico lo hacen junto con él, ya no funciona tan bien como lo hizo alguna vez. Pero eso no significa que los padres deben descuidar su salud. Asegúrese de que ellos recuerden el comer de forma saludable; llévelos a su médico general para tener una idea de qué tipo de dieta es la mejor para ellos y si deben tomar vitaminas. Lo más probable es que el médico confirmará esto - las personas mayores tienden a querer comer menos, lo que significa que van a necesitarlas para conseguir ciertos nutrientes en otros lugares. Sus padres podrían considerar la posibilidad de realizarse análisis de sangre para ver si hay vitaminas específicas que deben tomar.
El envejecimiento de sus padres no tiene que ser una carga en sus o su vidas. Mientras que usted está allí para ellos, mientras que se los aliente a que continúen hacer las cosas por sí mismos, el estilo de vida de todo el mundo será capaz de seguir siendo básicamente el mismo. Hemos de tener en cuenta que van a necesitar su ayuda de vez en cuando - estar allí, al igual que ellos estaban allí para nosotros mientras nosotros crecíamos.
Si sus padres están en una institución especializada para su cuidado, no se olvide de ellos. En ese tipo de lugares, lo único que ellos tienen es TIEMPO. Y ese tiempo lo usan para pensar y recordar y extrañar. Las visitas frecuentes de los hijos y los nietos, los llenan de alegría y ganas de seguir, le agrega un sentido diferente e sus vidas.
No se canse de decirles cuanto los ama y cuanto los necesita. Aunque ya no puedan ayudarle de la manera que lo hacían cuando eran más jóvenes, el solo hecho de saber de que están allí y que nadie nos ama o conoce nuestro corazón más que ellos, es suficiente para seguir desafiando a la vida.
Los ancianos son la responsabilidad de los más jóvenes. Todo lo que existe, existe porque alguien como ellos se sacrificó para lograrlo. Seamos paciente con todos los ancianos, paremos nuestras vidas por un minuto y escuchemos esa historia una vez más. No importa si la hemos escuchado mil veces antes, alguna vez esa misma historia nos curó los primeros dolores de nuestro corazón cuando comenzábamos a transitar los caminos de la vida.Mariel Reimann is the Media Manager at KSLespanol. She's studied law at the National University of Cordoba, currently resides in Salt Lake City, Utah. Email: mreimann@ksl.com
