Estimated read time: 4-5 minutes
This archived news story is available only for your personal, non-commercial use. Information in the story may be outdated or superseded by additional information. Reading or replaying the story in its archived form does not constitute a republication of the story.
Hace poco vi la película: "El viaje de los 10 metros". Cuenta las aventuras de una familia que huye de la violencia política de la India después de que la mamá muere trágicamente en un incendio de un restaurant familiar.
El papá se los lleva a Europa y por azares del destino terminan en una pintoresca villa francesa que tiene un restaurant con una estrella Michelin y cuya dueña es la fabulosa Hellen Mirren.
El clan indio decide comprar el local de un restaurant que está frente al de la estrella Michelin y que quebró porque no pudo competirle. Y el patriarca indio pregunta a Mirren por el precio del local abandonado.
Ella le dice con desdén: "Perdón, pero supe que pidió descuento en el hotelucho en el que durmieron. Creo que este local está fuera de sus posibilidades". A lo que él responde: "Madam, el que pida un descuento significa que soy ahorrativo y no que soy pobre".
No le cuento más sobre la película. Véala, se la recomiendo. Pero me quedo con lo que representa la frase: supuestos erróneos que a veces se tienen en los negocios y en la vida.
Creencias que pueden provocar errores costosos, que pueden "matar" al más exitoso, al más encumbrado. Por ejemplo:
· Ese producto es demasiado barato. Seguro es de mala calidad. Los clientes se darán cuenta. No corremos riesgo.
· Ve a ese pobre, que mal presentado. Seguro se graduó en una universidad "patito". No dura aquí ni 6 meses.
· No, hombre: el internet no pega en México. Nuestra industria no va sufrir lo que sucedió en Estados Unidos.
· Don Fregón es un genio. No tiene ni que ver los números. Su experiencia e instinto siempre nos guían al éxito.
· Las tasas no van a subir. No te preocupes por el crédito a corto plazo. El negocio va bien. Si hay bronca, refinanciamos y ya.
· El mercado internacional es demasiado competido. Estamos bien aquí, con un liderazgo claro. Defendamos lo logrado. Arriesgar es para jóvenes.
· Todos cortan camino. O lo hacemos, o nos quedamos atrás. Al cabo nadie se dará cuenta…
Me impactó otra frase de la película. El joven chef indio resulta un genio culinario. Prepara un famoso plato francés, pero con especies de India. Mirren lo cuestiona: ¿por qué cambiar algo que ha tenido éxito por 200 años? Y él responde: "Quizá 200 años fueron suficientes".
Aferrarse al pasado, otra actitud peligrosa:
· Fulanito es un contreras. Seguro de chiquito nadie le hizo caso. Discute todo. Ignóralo, no es un jugador de equipo.
· Aquí las cosas siempre se han hecho así. Los clientes entienden y aprecian la continuidad. Son leales a la marca.
· ¿Un celular con pantalla táctil? Ah, chihuahua, ¿y cómo ayuda eso a hablar mejor?...
· Ésta es una empresa de ingenieros. Lo técnico es lo clave. ¿Para qué queremos mercadólogos? Sólo confunden…
· ¿Ir a congresos internacionales? ¿para qué? Sólo hablan de cosas que aquí ni se aplican…
· No le hagas caso. Es un nerd, un académico sin experiencia. El mejor título es el de la universidad de la calle.
Los supuestos y la certeza de lo conocido son mecanismos para que funcionen nuestras empresas y para transitar por la vida.
Asumir algunas cosas como ciertas nos permite operar normalmente. ¿Se imagina cuestionar cada una de las muchas decisiones que tomamos en un día común y corriente? Imposible.
Sin embargo, las organizaciones y personas exitosas terminan por creerse infalibles en menor o mayor grado. Y ahí es cuando aferrarse a supuestos y fórmulas conocidas puede ser mortal.
Particularmente cuando el ambiente cambia. Y el cambio es una constante en un mundo global competitivo donde las amenazas pueden venir de cualquier rincón del planeta. Y llegar bien rápido.
¿Cómo saber si los supuestos son obsoletos en su empresa? Dos recomendaciones:
1. Esté al pendiente de los cambios en su industria.
2. Aprenda de otros. Realice benchmarks con otras compañías y otros países:
- ¿Ha fracasado alguna empresa en su industria, ya sea en México o internacionalmente? ¿por qué? ¿qué hizo mal?
- ¿Quién es el jugador nacional o internacional más exitoso en su industria? ¿qué ha hecho diferente?
Revise su negocio en el espejo de este diagnóstico. Respecto a su persona, haga una lista de sus creencias operativas fundamentales (OJO, no de sus principios éticos). Y pregúntese cuáles de éstas siguen siendo válidas.
A fin de cuentas, si nos aferramos al pasado y no revisamos constantemente nuestros supuestos, el mundo terminará haciéndolo por nosotros. En pocas palabras…
"Cuestiona tus supuestos: son tus ventanas al mundo. Si no las limpias de vez en cuando, no podrá entrar la luz". Alan Alda, actor
benchmark@elnorte.com Twitter: @jorgemelendez