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América Latina fue nuevamente propuesta por el candidato republicano Mitt Romney como una región que podría ser una alternativa, para sustituir a China en calidad de socio comercial de Estados Unidos. La afirmación que ya había sido planteada en el debate anterior fue nuevamente propuesta por Romney, durante el tercero y último debate presidencial que estuvo dedicado al tema de la política exterior estadounidense. Esta fue la única vez que durante los debates se habló de Latinoamérica. Sin embargo, los dictadores Castro de Cuba y Chávez de Venezuela también fueron mencionados en una oportunidad, cuando Romney acusó a Obama de ser débil ante ellos. No obstante, el tema dominante durante los 90 minutos que duró la contienda efectuada en Lynn University de la ciudad de Boca Ratón (Florida) fue el de la política en el Medio Oriente. Esta sigue siendo la región determinante en las relaciones exteriores estadounidenses y no parece que se vaya a presentar un cambio de rumbo, sea quien sea el que resulte elegido el próximo 6 de noviembre. Obama reclamó sus aciertos con la desaparición de enemigos tan grandes como Bin Laden y Gaddafi. Romney reconoció estos aciertos, pero añadió que cuatro años después Al Qaeda sigue actuante en 12 países, e Irán está mucho más cerca de tener la bomba atómica. Romney llegó al debate con la estrategia clara de ligar el rumbo de la política internacional estadounidense, al desempeño de la economía domestica y de mostrarse como un hombre moderado, a pesar de responsabilizar a Obama de debilitar el liderazgo de Estados Unidos en el mundo. Obama por su parte contraatacó, destacando que Romney proponía en voz más alta lo que su administración ya estaba haciendo en política exterior. Se refería a específicamente a la aprobación que Romney hizo de la no intervención militar en Siria, y a la eliminación de Osama Bin Laden. La estrategia de Obama fue mostrar que Romney cambia de opinión, y lo acusó de haber dicho antes que el principal enemigo de Estados Unidos era Rusia, y no la red terrorista Al Qaeda. Sin embargo, los ataques de parte y parte subieron de intensidad por momentos, como cuando Romney le dijo a Obama que había hecho un “tour para pedir perdón”. Romney señaló que Obama fue a varios países árabes y evitó visitar a Israel que es el principal aliado de Estados Unidos en el Medio Oriente. Asimismo, lo acusó de haber dicho durante esa gira que Estados Unidos a veces ha dictado la política a otros países, y que se había mostrado “desdeñoso” y burlón” . Obama rechazó la acusación diciendo, que esta es tal vez la afirmación más falsa que se ha hecho durante toda la campaña presidencial. Recordó, que como candidato había visitado a Israel y había escuchado el testimonio de una familia judía a la que le había caído un proyectil en su casa. Asimismo, el presidente también acusó a Romney de invertir en China a pesar de las críticas que el exgobernador hizo contra el gigante asiático por manipular la moneda, hacer una competencia desleal y no jugar de acuerdo a las reglas en el comercio internacional. Aunque el tema del tercer debate era el de la política exterior de Estados Unidos, los candidatos se desviaron hacia asuntos domésticos como el desempleo, el desempeño de la economía, la industria automotriz, la educación y el presupuesto. Romney siempre trató de mostrar a Obama como débil en su apoyo a Israel y en su posición frente a Irán, lo que el Presidente negó, mencionando la presión internacional que su administración ha impuesto sobre este último. Otro de los puntos de mayor divergencia entre los candidatos fue el presupuesto militar. Obama acusó a Romney de querer asignarle más dinero al gasto militar del que los mismo militares están pidiendo. Por su parte Romney señaló, que la política presupuestal de Obama hacia los militares ha sido “devastadora”, según palabras de uno de los miembros del alto mando. El candidato republicano atribuyó a ello, el hecho de que la marina de guerra de Estados Unidos está obsoleta y carece de suficientes naves. Esta observación fue aprovechada por Obama para presentar a un Romney como un neófito, al señalarle que una Marina de Guerra no solo se compone de barcos sino de aviones y submarinos. Sin embargo, Romney mostró un conocimiento amplio de los temas internacionales y respondió algunas preguntas del moderador. Obama, también se mostró seguro en el manejo de estos temas, se refirió a varios países con conocimiento de cifras y detalles.