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Enseñar a nuestras hijas sobre la imagen corporal

Enseñar a nuestras hijas sobre la imagen corporal


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Salt Lake City – Esta semana en LIFEadvice la asesora Kim da ideas a los padres para ayudar a sus hijas a desarrollar actitudes saludables en relación con el peso, la alimentación y el ejercicio.

Pregunta:

Mi hija tiene doce años. Es una niña inteligente y divertida, pero comienza a poner cada vez más su aspecto físico bajo el microscopio. Piensa que tiene la nariz demasiado grande, que su vientre no es chato… ese tipo de cosas. Mi hija también tiene algunas compañeras en extremo delgadas en la escuela y la madre de una amiga del vecindario le ha dicho que está gorda. Trato de decirle a mi bella hija que es perfecta tal como está y que si come de forma sana, hace ejercicio un par de veces a la semana (como andar en bicicleta o saltar en el trampolín) para desarrollar hábitos saludables, estará bien de por vida. ¿Pero tiene alguna recomendación que la ayude a sentirse bien consigo misma? ¿Cómo puedo ayudar a una adolescente en cuestiones de imagen corporal?

Respuesta:

Hay cosas que puede hacer para ayudar a su hija a desarrollar una mentalidad saludable en relación con su cuerpo, con lo que come y el ejercicio, pero antes hay que tomarse un momento para pensar cuáles son en realidad sus problemas. Los temas de peso pueden ser producto de muchos factores, tanto físicos como genéticos o emocionales. Si su hija tiene problemas de imagen corporal, hay que asegurarse de consultar a un médico y/o a un psicólogo a los efectos de descartar primero ese tipo de cuestiones.

Gran parte del problema (para todos, en lo que respecta al peso) es que el mundo (a través de los medios) difunde una idea muy distorsionada sobre cómo se determina nuestro valor como ser humano. En la infancia, aprendemos de forma inconsciente que nuestro valor se basa en el desempeño, la apariencia y lo que los demás piensan de nosotros (y aceptamos por completo esa idea). Desde pequeños hemos determinado nuestro valor de esa forma.

Tenemos que dejar de compararnos con otras personas y de vivir preocupados por conseguir su aprobación. En la actualidad, para las niñas ese sistema inconsciente es aun más nocivo, ya que se comparan con la imagen irreal y photoshopeada de perfección que ven en las revistas. Si tratan de igualar esa imagen, nunca, pero nunca, se sentirán bien consigo mismas.

Las siguientes son algunas cosas que podemos hacer para dar a nuestras hijas una mentalidad saludable en relación con la imagen corporal:

1—Enseñar a nuestras hijas (y recordarlo nosotros) que el valor de alguien como ser humano procede del amor, el carácter y la bondad, no de la apariencia ni el desempeño. Hay que ayudarlas a determinar su propio valor. Hay que mostrarles que pueden dejar de compararse con otros y basar su valor precisamente en su valor intrínseco, no en la medida de su cintura.

Todos tenemos que controlar nuestro pensamiento en lugar de permitir que los programas inconscientes determinen cómo pensamos y sentimos. Debemos asumir la fuerza de amarnos y valorarnos tal como somos. Tenemos que reemplazar las creencias limitadoras por principios que nos sean más útiles. El siguiente es el principio que suelo leer: La medida de la cintura no tiene relación alguna con quiénes somos, y sin duda no determina nuestro valor. Quiénes somos se relaciona con el carácter, los valores, la bondad, la individualidad, el espíritu y el amor.

¡Somos mucho más que el peso!

El valor deriva del hecho de que somos un alma humana incomparable, única, irrepetible. Nuestro valor es, por lo tanto, infinito y absoluto, y no está en peligro. Somos el mismo ser único y asombroso independientemente de lo que hagamos, de nuestro aspecto o de lo que los demás piensen de nosotros.

Se puede adoptar esas verdades universales y convertirlas en convicciones mediante su frecuente lectura y repetición.

2—Crear un buen ejemplo de autoestima. Hay que asegurarse de no hacer comentarios negativos sobre la propia apariencia, no criticarse ni preocuparse por lo que otros piensen de nosotros. Tal vez haya que obtener ayuda profesional para trabajar sobre la imagen que se tiene de sí en caso de ser necesario. (Hay que hacerlo por nuestras hijas, ya que ellas nos observan.)

3—No hacer nunca comentarios negativos sobre el aspecto de NADIE, ya que de lo contrario se refuerza la idea de que la apariencia equivale al valor.

4—Crear buenos hábitos de alimentación y ejercicio. Eso es muy importante, ya que los niños aprenden más del ejemplo que de cualquier otra cosa. Hay que enseñarles a elegir alimentos saludables y a entender por qué algunos alimentos no son buenos para ellos. Hay que trabajar como familia en el tema de la alimentación.

5—Debe ayudarse a las hijas a incorporar formas saludables de manejar el estrés más allá de comer como consuelo. Todos tenemos que aprender a calmarnos sin comida.

6—Hay que ayudarlas a apreciar la buena comida y a tomarse su tiempo para comerla. Un especialista en tratamientos para adelgazar con el que hablé recomienda enseñar a los adolescentes a comer más despacio, a masticar y saborear cada bocado lo más posible. Dijo que comer demasiado rápido significa que no se tiene tiempo de sentirse saciado y satisfecho, además de que no se aprecia el sabor maravilloso de la comida.

7—Alentar a nuestras hijas a llevar un diario y, cuando se sienta inferior debido a su peso, impulsarla a escribir la idea que subyace en los pensamientos negativos. Ideas como “la gente delgada es mejor que la gente gorda” o “nadie me querrá si tengo exceso de peso”, son convicciones limitadoras y no son verdad. Deslegitimar esas ideas al ponerlas sobre el papel hace que la verdad racional resulte más real y elimine el poder del miedo.

8—Enseñarles a concentrarse en estar sanas, no delgadas. Concentrarse en cuidarse, en comer alimentos saludables y hacer ejercicio es una conducta basada en el propio cuidado, mientras que hacer dieta y trabajar para adelgazar se basa en el desagrado por nosotros mismos. Hay que concentrarse en el auto-amor.

9—Hay que ayudar a nuestras hijas a dar con una forma de ejercicio que le guste hacer. No hay que permitir que el ejercicio se convierta en una tortura. Hay que enseñarle a convertirlo en una parte divertida de una vida disfrutable. Es necesario mantenerse activos haciendo cosas que nos guste hacer.

10—También hay que enseñarles a comprar y lucir atuendos sentadores. Con frecuencia las adolescentes quieren seguir las tendencias y terminan comprando cosas que sólo sientan a algunos tipos corporales. Lo que tienen que aprender es a vestir su propio tipo corporal.

11—Debe enseñárseles a prestar más atención a la forma en que tratan a la gente y el amor que aportan al mundo. En definitiva, eso es lo que más importa y lo que gana amigos. La gente da más importancia a cómo la tratamos que a cómo nos vemos. La gente se siente atraída por nuestra personalidad, nuestra bondad, por el carácter, el sentido del humor y el amor que tenemos, por todo aquello que hace (en verdad) a quiénes somos. Hay que hacer sentir queridos y valorados a los demás dondequiera que vayamos, y nuestra autoestima mejorará así con rapidez.

Hay que dejar de tratar de ganarse a los demás mediante la apariencia y hacerlo a través del amor.

12—Sonreír. Según un estudio realizado en Search Your Love, el 67 por ciento de los hombres solteros y el 78 por ciento de las mujeres solteras encuentran más atractivo a alguien que sonríe que a alguien delgado.

13—Estar atentos a indicios de un trastorno de alimentación y buscar ayuda profesional lo antes posible. Prestar atención a indicios como negativa a comer, exceso de ejercicio, temor a comer en público, preocupación por la comida o fuerte temor a subir de peso.

14—Limitar el tiempo que se pasa ante el televisor, viendo películas o leyendo revistas. Según “Say Yes to No Parent Workbook” (Saber decir no a los hijos), del Dr. David Walsh, los adolescentes están expuestos a 5.000 mensajes de marketing por día, la mayor parte de los cuales comprende imágenes Photoshopeadas que no son realistas. En lugar de ello, alentar una mayor actividad, leer, hablar con gente y pasar tiempo al aire libre.

Victoria Moran, autora de “Younger by the Day” (Cada día más joven), dijo: “Tener un futuro de salud, gracia y belleza no es algo que insuma todo nuestro tiempo. Lo que exige es dedicación al propio cuidado como si fuéramos algo raro y precioso –y lo somos-, y considerar toda la vida que nos rodea de la misma forma, ya que también lo es.”

Podemos hacerlo.

Kimberly Giles es la fundadora y presidenta de claritypointcoaching.com. También es autora del nuevo libro “Choosing Clarity: The Path to Fearlessness” (Elegir la claridad: El camino a la valentía), además de asesora y conferencista.Cecilia Beltramo is a Uruguayan translator, journalist and borzoi breeder living and working in Buenos Aires, Argentina, for several years now for both local and international media. You can contact her via email at: ceciliabeltramosalaverria@gmail.c

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