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A esta altura, ya prácticamente nadie puede ignorar que pasamos un tercio de nuestras vidas durmiendo o tratando de dormir. Entre algún sueñito por la noche o caer desmayados en el sofá, el sueño domina gran parte de nuestra vida nocturna.
Pero también puede influir en nuestra vida cotidiana. Sí, exactamente: con ese pequeño detalle llamado siesta.
Y una siesta es muy importante, según revelan investigaciones recientes.
La siesta tiene, obviamente, algunos detractores. LiveScience mencionó un estudio reciente según el cual las personas con edades comprendidas entre los 40 y 79 años que dormían una siesta de menos de una hora tenían un 14 por ciento más de probabilidades de morir dentro de los 13 años siguientes.
Sin embargo, un gran corpus de investigación señala que las siestas son positivas. Veamos qué las hace tan importantes.
Para qué sirve la siesta
Ferris Jabr, de Scientific American, informó el año pasado que darle al cerebro cierto reposo –ya sea caminando rápido, leyendo o durmiendo la siesta- puede ayudarnos en un futuro más lejano. Nadie se sorprende al oír que Estados Unidos es uno de los países más activos del mundo –los estadounidenses trabajan 1.700 horas anuales, informó Business Insider- lo cual hace que el cerebro esté estresado, según Scientific American. Por eso el tiempo de relajación es tan importante.
“Una mente errante nos desbloquea a tiempo para que podamos aprender del pasado y proyectar hacia el futuro”, escribió Jabr. “Los momentos de descanso pueden ser necesarios incluso para preservar el buen funcionamiento de nuestra brújula moral y mantener un sentido de identidad”.
El poder de la siesta es, también, muy sorprendente, según WebMD. Las siestas pueden aportarnos ese impulso extra de energía (en algunos casos más que la cafeína), mejorar nuestra memoria y potenciar nuestra creatividad.
Alcanzar el sueño de movimiento ocular rápido, o MOR, durante la siesta también es bueno para que el cerebro pueda establecer nuevas conexiones y mejorar la memoria, informó WebMD.
Todo lo que usted debe saber sobre la siesta
Dormir la siesta va, no obstante, mucho más allá de acostarse, cerrar los ojos y dormir. En realidad, puede ser algo mucho más complicado. The Wall Street Journal analizó la ciencia contenida en el sueño y reveló que diferentes estilos y tiempos de siesta pueden afectar a las personas de una gran variedad de formas.
Por ejemplo, una persona que duerme la siesta el fin de semana obtiene algunos minutos adicionales de sueño. Pero en aquellos que hacen una siesta de 10 a 20 minutos durante la semana laboral puede llegar a darse un incremento de la productividad, informó WSJ.
“Las siestas en realidad son más complicadas de lo que creemos”, dijo al WSJ David Dinges, experto en sueño de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania. “La persona debe decidir deliberadamente cuándo hacer la siesta, cuánto tiempo dormir y si se propone emplear la siesta en relación al trabajo o a lo que se avecina”.
Una vez que se ha establecido cómo se hará la siesta, deben seguirse algunas reglas, según los expertos que hablaron con The Huffington Post. Dormir 30 minutos puede resultar útil, dicen los expertos, pero también es importante el horario de la siesta. Hacer una siestita muy tarde en el día dificulta dormir a la noche, volviendo a iniciar todo el proceso de tratar de ponerse al día con el sueño, dicen los expertos.
Y hay otra cosa a tener en cuenta antes de dormir la siesta: es probable que dormir la siesta no sea, lisa y llanamente, la mejor estrategia. Un estudio realizado en 2002, señalado por el HuffPost, reveló que dar una caminata al aire libre o incluso descansar y bajar el ritmo durante 10 minutos puede ser igualmente útil.
“Aun sin dormirse totalmente, una siesta revitalizadora de 5 o 10 minutos puede ser beneficiosa si la persona se siente privada de sueño”, informó el HuffPost.
Una vez tomada la decisión de hacer una siesta –y habiendo considerado el tiempo y las consecuencias- ¿qué viene después?
Dormir realmente la siesta.
Cómo hacer una siesta
En primer lugar, está la siesta del café. Según Joseph Stromberg de Vox, nuestros cerebros están llenos de una molécula llamada adenosina, y esa molécula lentamente va disminuyendo a medida que avanza el día.
La cafeína puede, sin embargo, llenar los vacíos que quedan con la pérdida de adenosina y darnos un empujón extra, explicó Stromberg. Sin cafeína, lo obtenemos de dormir. Con las dos cosas, fantástico: tenemos una cantidad increíble de energía, dijo.
Para aquellos a quienes no les gustan ni la cafeína ni el café, siempre está la siesta energética. Es una manera rápida de aumentar las capacidades motrices y seguir adelante. Como señaló WebMD, a esta siesta se la suele llamar también “siesta de estadio 2” y afecta directamente la capacidad de atención y las habilidades motrices de la persona.
Dormir siesta durante 30 a 60 minutos puede, sin embargo, ser de gran ayuda durante la semana laboral. WebMD informó que es bueno para mejorar las capacidades de decisión, para entender palabras y vocabulario y simplemente recordar las cosas en general.
“Si no duermo la siesta, me siento de mal humor y poco concentrado al final de una semana de noches cortas”, dijo a WebMD Kobylarz Wilde de 58 años. “La siesta me devuelve mi nivel de energía”.
Email: hscribner@deseretdigital.com, Twitter: @herbscribner
