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Un conductor borracho no merecía ser "ejecutado públicamente" por un hombre acusado de hacer justicia por propia mano en un ataque de furia por la muerte de sus dos hijos en un accidente, dijo un fiscal el martes.
David Barajas está acusado de matar a tiros a José Banda en diciembre de 2012, minutos después que Banda chocó contra un vehículo que Barajas y sus dos hijos empujaban por un camino rural. David, de 12 años, murió instantáneamente, en tanto Caleb, de 11, murió en el hospital.
Barajas está acusado de asesinato.
En su alegato inicial, el fiscal Brian Hrach dijo que Banda tomó una decisión horrible al conducir después de beber, pero no "merecía una ejecución pública". Barajas está acusado de abandonar el lugar del accidente, obtener un arma y regresar para matar a Banda.
El abogado defensor Sam Cammack dijo que su cliente no mató a Banda y tampoco abandonó el lugar del accidente. Barajas estaba cubierto de sangre de sus hijos, a quienes trató de reanimar mediante masaje cardíaco, dijo el defensor.
"Cuando llega la policía, mi cliente está haciendo lo mismo que hizo todo el tiempo, trata de salvar a sus hijos", dijo Cammack.
Expertos en derecho dijeron que el caso es difícil para el fiscal dada la falta de pruebas concretas: ningún testigo ha identificado a Barajas como el autor de los disparos, las autoridades no han encontrado un arma ni residuos de pólvora en el cuerpo del acusado.
Más difícil aun para los fiscales será contrarrestar la simpatía de la que goza Barajas en la comunidad. Muchos en la población de Alvin donde sucedió la tragedia, 48 kilómetros (30 millas) al sureste de Houston, apoyan a Barajas y han dicho que en una situación similar tal vez hubieran hecho lo mismo.
Antes de los alegatos, la jueza Terri Holder sostuvo que "este es un caso difícil para todos. Todos los presentes han perdido a un ser querido". De resultar culpable, Barajas puede ser condenado a perpetua.
