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La falta de sueño y la facultad vienen de la mano hace décadas. Noches enteras sin dormir para estudiar, la socialización y empleos de tiempo parcial se combinan para convertir al descanso en un inconveniente más que una necesidad.
“Hay una cultura fuerte que alienta a los jóvenes a no dormir” dijo la Dra. Shelley D. Hershner, profesora asistente de Neurología de la Universidad de Michigan.
Hershner es coautora de un artículo en la revista Nature and Science of Sleep en el que se analizaron descubrimientos científicos relevantes, que muestran las consecuencias de esa cultura, desde el desempeño académico hasta los riesgos para la seguridad pública.
“La falta crónica de sueño puede afectar el desempeño académico, la regulación de los estados de ánimo y la seguridad al conducir”, escribieron los autores del artículo.
Los alumnos y los administradores de las instituciones educativas deben tomar medidas juntos para asegurarse de que los primeros duerman una cantidad de adecuada de horas para sacarle el mayor provecho a la enseñanza superior. Las soluciones van de coordinar horarios de clase y trabajo para poder habilitar el tiempo de descanso a simplemente tomarse un rato para dormir una siesta.
“Las siestas pueden ayudar a mejorar el funcionamiento cognitivo. Se descubrió que hasta una siesta de seis minutos puede mejorar 11% la memoria”, dijo Hershner.
Las causas
Un artículo citado en el de Hershner utilizó una detallada encuesta online con mil alumnos de universidades de entre 17 y 24 años. Se descubrió que el 70% informaba niveles de sueño insuficientes.
Los estudiantes universitarios tienen una inclinación natural a irse a la cama tarde y despertarse temprano, pero las exigencias académicas pueden complicar los hábitos de sueño. “Es difícil desarrollar patrones de sueño si sus horarios y su carga de trabajo van oscilando”, dijo Hershner.
Y esa misma falta de sueño ayuda a incapacitar al estudiante a la hora de evaluar los problemas causados por un tiempo de descanso inadecuado.
“Muchos estudiantes sienten sueño, pero no creo que entiendan todas las ramificaciones”, dijo Hershner. “Cuando no dormimos lo suficiente, no evaluamos bien nuestras propias capacidades”.
Hershner cuenta que ella trata a los estudiantes que no pueden dormir por varias razones. Algunos sufren insomnio, ansiedad, depresión y trastornos del sueño. Sin embargo, la mayoría no duerme lo suficiente tan sólo porque no se da la oportunidad de descansar.
Hershner afirma que es común que los estudiantes dejen de lado el descanso adecuado como meta alcanzable, lo que aumenta la probabilidad de que perpetúen malos hábitos de sueño.
“Trato de no insistir con las ocho horas, porque puede desalentarlos y en muchos casos no es realista”, dijo ella. “Trato de alentarnos a que duerman tanto como puedan, aunque no puedan alcanzar tiempos ideales de sueño”.
Camilo Ruiz, osteópata y miembro de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, afirma que algunos aspectos de la vida universitaria les facilitan a los estudiantes privarse de dormir. Ruiz explica que circunstancias como tener un empleo de media jornada y muchas clases refuerzan entre los alumnos la idea de que la falta de descanso es inevitable.
Brandi Dittrich, estudiante de posgrado de Ingeniera Ambiental de la Universidad de Oklahoma, cuenta que le resulta difícil equilibrar el horario de clase con su vida social.
“La facultad implica un gran ajuste en tu vida. Si te pasas el tiempo con tus amigos, estudiando y trabajando, justificar tomarse horas para dormir puede resultar complicado”, dijo ella.
Las consecuencias
Un estudio publicado por la Academia en junio de 2014 descubrió que la falta de descanso es uno de los principales factores relacionados al éxito académico. El estudio, que no fue incluido en el análisis de Hershner, evaluó variables que causan un mal promedio, faltar a clase y otros problemas académicos. Los investigadores descubrieron que la cantidad de horas y los momentos del día en el que los estudiantes dormían eran un mejor indicador de la merma del promedio que el consumo excesivo de alcohol o el uso de drogas ilegales.
Otro estudio de la Public Library of Science, tampoco incluido en el conjunto de investigaciones analizado por Hershner, evaluó el estado de alerta, la capacidad de prestar atención y la memoria operativa de 36 hombres y mujeres después de cinco o seis días con poco tiempo de descanso. Los investigadores descubrieron que los participantes rindieron menos en todas las categorías cuando no habían descansado lo suficiente, y que su estado de alerta y capacidad de concentración eran las funciones más afectadas. Los científicos también descubrieron que los participantes que ya venían descansando poco y pasaban largos períodos sin dormir reducían aun más sus habilidades cognitivas.
Ruiz explica que el sueño es fundamental para fijar la información que aprendimos. El sueño le permite al cuerpo recargarse y procesar el conocimiento, lo que hace que aquellos privados de él estén en desventaja. “De hecho, las muchas noches que los estudiantes pasan sin dormir para rendir al máximo en sus exámenes podrían causar que les vaya peor”, dijo Ruiz.
Los problemas con los estudiantes soñolientos no se limitan al aula. Estadísticas de la National Highway Traffic Safety Administration estiman que 2,5% de los accidentes fatales con autos son causados por dormirse al volante.
“La mayoría de los estudiantes no tiene idea de lo severas que son las repercusiones. En algunos estados puedes ser considerado responsable de un delito si manejas con sueño”, dijo Ruiz.
Según los Centros para la Prevención de Enfermedades, la falta de sueño reduce el nivel de concentración al volante. Veinticuatro horas o más sin dormir estorban la capacidad de manejo más que los efectos del alcohol.
“La falta de sueño combinada con incluso pequeñas cantidades de alcohol puede agravar el problema, y sabemos que la mayoría de los estudiantes universitarios son bebedores activos. Es una combinación peligrosa”, cuenta Hershner.
Algunas soluciones
Pueden evitarse los efectos negativos de la falta de sueño si los estudiantes toman medidas adecuadas para incorporar el descanso a sus vidas ocupadas.
El primer paso, explica Ruiz, es que los estudiantes armen sus cronogramas de acuerdo a sus patrones de sueño. Aquellos que se van a la cama temprano deberían ir a clases a la mañana, y los noctámbulos deberían considerar cursar por la tarde.
“Los jóvenes suelen preferir irse a dormir y levantarse tarde. Pueden surgir problemas si tienen obligaciones temprano por la mañana”, afirma Ruiz.
Las instituciones también pueden tomar medidas para ayudar con la necesidad de sueño de sus alumnos.
Hershner cuenta que la Universidad de Michigan tenía un cuarto muy popular para dormir siestas en la biblioteca para los estudiantes de grado hasta que lo cerró el jefe de bomberos. “Quedé pasmada. Fue creado por sugerencia de los estudiantes y era muy popular”, cuenta.
Hershner afirma que el problema de la falta de descanso debe ser enfrentado en los campus universitarios porque afecta la vida de los estudiantes de muchas maneras. “Realmente no se puede aprender nada sin dormir. Es una necesidad biológica”.
Dittrich considera que las universidades deberían alentar a los estudiantes a dormir en el campus de ser necesario en vez de manejar hasta sus casas con poco sueño o sin dormir.
“Hay gente que conduce hasta su casa después de quedarse estudiando hasta muy tarde. Pienso que tener un centro de sueño sería muy útil. Incluso si tan sólo los estudiantes pudieran dormir una siesta en un lugar tranquilo antes de irse a casa, eso sería de ayuda”, opina la estudiante. “Recuerdo irme a casa en auto después de quedarme estudiando hasta muy tarde porque no me podía quedar en el campus, cerraba todo”.
Ruiz afirma que una mayor educación sobre la necesidad de descansar es lo que, según cree él, terminará mejorando los hábitos de sueño de los estudiantes.
“Cuando estás dormido pasan muchas cosas. Necesitamos que el conjunto de la población tenga más conciencia”, opina. “Tarde o temprano, la falta de sueño ajusta las cuentas con uno. El cuerpo necesita descansar adecuadamente en algún momento”. lcorbly@deseretnews.com
