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PROVO - Kylee Schraft tiene una pasión por todo lo que es al aire libre. Ella ama ‘volar' a través del cielo, remar por el río y los paseos a caballo en las montañas.
"Desde que era pequeña siempre quise estar al aire libre", dijo Schraft. "Me encanta montar a caballo, andar en cuatriciclos, cualquier cosa para seguir adelante. No puedo sentarme por demasiado tiempo".
Schraft es una persona optimista, feliz. Ella está siempre en movimiento - pasa de una aventura a otra - pero esto realmente no debería estar sucediendo.
Hace dos años, Schraft tuvo un terrible accidente de snowboard. Ella tocó un borde al dar un salto y cayó con fuerza sobre el hielo. El impacto le rompió la espalda en cinco lugares. Ella tuvo que ser trasladada en helicóptero al hospital donde su pronóstico no era bueno. Después de muchas pruebas y exámenes, le dijeron que nunca volvería a caminar.
Schraft dijo que fue una época oscura en su vida.
"Sólo dije ¿por qué simplemente no me morí? No vale la pena", dijo." Yo no voy a ser la misma Kylee en una silla de ruedas".
Pero con el tiempo su perspectiva cambió y empezó a encontrar la cura.
"Al principio culpé a Dios por todo lo que me sucedió y luego tuve un momento de inflexión y me dije que si así iba a ser mi nuevo yo, yo haría el mejor yo que pudiera hacer", dijo Schraft.
Ella comenzó a aprender a vivir la vida desde una silla de ruedas, pero siempre aferrada a la esperanza que un día volvería a caminar.
"Yo estaba en las barras paralelas un día y me quedé impresionada al dar un paso adelante y me mantuve por mí misma por medio segundo y luego me caí. En ese mismo momento supe que iba a caminar nuevamente", dijo .
"Fue muy duro porque aún no tenía sentía nada. Pero mis piernas podían mantener mi peso corporal. Cuando llegué a caminar, mis pies se dieron vuelta hacia dentro y era prácticamente imposible conseguir que volvieran hacia afuera, pero yo estaba tan decidida a empujar más allá del dolor y sólo seguir".
Y vaya que ella puede seguir. Después de varios meses de trabajo duro estaba caminando, conduciendo, incluso yendo de excursiones nuevamente. Y ahora, dos años después de su accidente, ella tiene el trabajo de verano más improbable - trabaja como operadora de un zip line (tirolesa) en un rancho en el cañón de Provo.
Steve Ault, el propietario del rancho sabía que ella sería buena para el trabajo desde el momento en que la conoció.
"Ella aprecia cada momento de la vida con entusiasmo, y eso ya es inusual," dijo Ault.
Schraft dijo que lo mejor de su trabajo es estar al aire libre y ayudar a los demás a que lo disfruten también.
"En realidad, desde mi accidente, yo vivo todos los días disfrutando de la vida, ya que sólo toma un segundo para (esta) que se vaya", dijo ella.
