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Tenía 4 años cuando mi abuela decidió que era importante que yo tomara clases de piano. Había encontrado un artículo en un periódico que hablaba de algunos de los beneficios que el estudiar música desde niño puede traer a las personas cuando grande.
Recuerdo el primer día de clases; un salón con tres pianos y una profesora muy estricta. Mi abuela había designado una pequeña caja de cartón en la que cada día guardaba el cambio que le sobraba para un día comprarme mi propio piano.
Al principio yo iba para hacer feliz a mi abuela, con el tiempo, comencé a disfrutar del ‘poder’ que se siente al producir una melodía. Con los años, me enamoré de la música.
Un día al regresar de la escuela, cuando tenía 15 años, mi abuela estaba esperándome en mi casa. Abrí la puerta de la sala, y allí estaba mi primer piano. Le tomó 11 años de ahorros para poder comprarlo, pero nunca desistió.
“Una mujer siempre tiene que ser precavida y estar preparada para todo en la vida”, me decía mi abuela. “Nunca se sabe con certeza por qué se aprende lo que se aprende, hasta que un día la vida te muestra porque”.
Cuando cumplí 11 años, formaba parte de un coro de niños que fue invitado a Roma. La profesora de piano que viajo con nosotros tuvo un pequeño accidente y no pudo tocar durante el viaje. El director del coro me pidió ayudar, y así, la vida por primera vez me mostró a que se refería mi abuela.
Como padres, abuelos o simplemente personas mayores con más años vividos tenemos la responsabilidad de guiar a los más pequeños. La música, es uno de los legados más grandes que heredé de mi abuela.
Ayudemos a los más pequeños a llenarse de herramientas como la música para enfrentar la vida.
Estos son algunos de los beneficios que saber música le puede traer a la vida de sus hijos:
• Un estudio de 10 años que involucró a 25.000 estudiantes muestra que la creación musical mejora las puntuaciones en las pruebas, así como en la lectura de los exámenes de aptitud.
• Los estudiantes de música de secundaria obtienen mejores resultados en las matemáticas y la parte verbal del SAT, en comparación con sus pares sin una vinculación musical.
• El coeficiente intelectual de los jóvenes estudiantes que tuvieron nueve meses de entrenamiento semanal de piano o canto subió casi tres puntos más que sus pares sin la misma formación.
• Los estudiantes del piano pueden entender conceptos matemáticos y científicos más fácilmente.
• Los estudiantes de música reciben más honores académicos y premios que los estudiantes que no estudiaron música. Estos estudiantes de música también tienen más grados A y B en comparación con estudiantes no-musicales.
• Un mayor número de estudiantes con un pasado en el estudio de la música son aceptados a la escuela de medicina en comparación con los de otras carreras incluyendo Inglés, biología, química y matemáticas.
• La formación musical antes de los 7 años se vincula con más materia blanca en la parte del cuerpo calloso del cerebro, así como un mejor rendimiento en las tareas de sincronización sensoriomotoras visuales, según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Concordia y el Neurological Institute del Hospital de Montreal en la Universidad de McGill.
¿Por qué ocurre esto?
La exposición a la música ofrece muchos beneficios para el cerebro de un niño. Promueve la adquisición del lenguaje, las habilidades, la memoria y las habilidades motoras. Las experiencias musicales integran estas diferentes habilidades al mismo tiempo, lo que resulta en el desarrollo de múltiples conexiones neuronales del cerebro.
No me alcanzan los dedos de mis manos para contar las veces que la vida me “mostró porque era importante que estudie música”. Ni me alcanzarán los días de mi vida para agradecerle a uno de mis superhéroes preferidos, mi abuela, el que haya insistido en que yo aprendiera música.
Aún recuerdo la cajita de cartón, en la esquina de aquel estante, con las inscripciones hechas por mi abuela que decían: ‘piano para Mariel’.
Hay que ayudar a los niños a criar alas para que vuelen por la vida.Mariel Reimann is the Media Manager at KSLespanol. She's studied law at the National University of Cordoba, currently resides in Salt Lake City, Utah. Email: mreimann@ksl.com
