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Si quiere tomar una soda tendrá que correr 50 minutos

Si quiere tomar una soda tendrá que correr 50 minutos


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Una investigadora que ha dedicado cuatro años a calcular la combustión de las calorías que implicarían jugos, sodas y otros “placeres” considera que la gente elegiría mejor lo que come si supiera la verdad: si se bebe una soda, hace falta correr cincuenta minutos para quemar esas calorías.

El resultado de los esfuerzos por vincular nutrición y ejercicio de Sara Bleich, profesora asociada de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, se publicó en el American Journal of Public Health junto con constataciones de qué tan bien funciona la idea. Bleich considera que tiene sentido.

“Algunos dirían que es una idea triste e infantilizadora”, escribe James Hamblin para The Atlantic. “La implicación de que la gente no puede entender el cálculo de calorías es cínica. Tome una Coca y sonría; no tome una Coca por sentimiento de culpa. Otros argumentarían que es imposible universalizar ese tipo de exigencia de ejercicio a personas de todas las edades, dimensiones corporales y estado físico. Todos queman calorías a ritmos diferentes.”

Para el estudio, los investigadores colocaron junto a las sodas y jugos de comercios de Baltimore carteles que decían: “¿Sabía que quemar las calorías de una botella de soda o jugo de fruta supone correr cincuenta minutos?” Había carteles similares sobre el jugo y lo que exigiría quemar esas calorías. Los investigadores notaron que las ventas de jugo y soda declinaron y que quienes compraron lo hicieron en envases más chicos.

Según WebMD, “Los investigadores registraron casi 3.100 compras de bebidas en los comercios por parte de adolescentes de entre doce y diecinueve años. Entrevistaron al 25 por ciento de los jóvenes. Del 35 por ciento de los adolescentes que dijo que había visto los carteles, el 59 por ciento señaló que creía la información de éstos y el 40 por ciento indicó que había cambiado su compra como resultado.”

En la presentación del estudio, Bleich y sus colegas concluyeron que “proporcionar información sobre calorías influyó en la compra de bebidas con menor contenido de azúcar, en el cambio por una bebida sin calorías o en la decisión de no comprar una bebida. Hubo un efecto persistente en la reducción de las compras de bebidas azucaradas luego de retirarse los carteles.”

“Es una forma muy barata de conseguir que los niños que ya tienen edad suficiente hagan sus propias compras de bebidas con menor cantidad de azúcar, y parece ser efectiva incluso una vez retirados (los carteles)”, declaró Bleich a Robert Preidt, un periodista de WebMD HealthDay.

Muchos expertos en salud dicen que los estadounidenses no entienden del todo la relación entre opciones de alimentos y calorías, y lo que eso significa en términos de aumento de peso sin ejercicio para combatirlo.

“Esa preocupación impulsa un creciente movimiento para que la información sobre nutrición sea lo más simple y práctica posible. Algunos han propuesto un sistema similar a los semáforos en el cual los alimentos saludables estén marcados con una luz verde y la comida basura tenga un rojo de condena. El amarillo es… todo lo demás. Otros han propuesto un sistema aun más simple consistente en la dicotomía de pulgares arriba y pulgares abajo”, escribió Hamblin.

Señala que hay diferencias entre calorías de distintos orígenes y que no todos metabolizan los alimentos de la misma forma.

Allison Aubrey, de NPR, escribió que “cuando (Bleich) comenzó con el proyecto de investigación, recorrió los vecindarios de Baltimore donde se iba a llevar a cabo el estudio. Son vecindarios de ‘bajos ingresos y elevado consumo de drogas’, dice Bleich. ‘(Hay) todo tipo de desventajas sociales.’ Recuerda que pensó: ‘¿A quién diablos le va a importar cuántas calorías tengan las sodas que bebe?’

“Pero ahora que ha documentado que los carteles suponen una diferencia, dice que se siente muy alentada.”

Otros han considerado que la información sobre calorías es importante. Como destacó en septiembre el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, “La Ley de Protección al paciente y de Atención Accesible de 2010 comprende cláusulas que exigen que todas las cadenas de restaurantes que tengan 20 o más locales deben proporcionar información sobre calorías en el menú. La información sobre otros nutrientes –grasas, grasas saturadas, colesterol, sodio, carbohidratos totales, azúcares, fibra y proteínas totales-tendría que estar disponible por escrito a pedido. La Administración de Alimentos y Medicinas de los Estados Unidos se encuentra completando las regulaciones para instrumentar esas cláusulas de la ley.”

La investigación de Agricultura, que no se relaciona con el trabajo de Bleich, concluyó que tener información adecuada sobre nutrición y calorías modificaría el comportamiento de al menos algunos consumidores. Cecilia Beltramo is a Uruguayan translator, journalist and borzoi breeder living and working in Buenos Aires, Argentina, for several years now for both local and international media. You can contact her via email at: ceciliabeltramosalaverria@gmail.c

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Lois M. Collins

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