Cuando hay violencia, no hay amor. Descubre la razón

Cuando iniciamos una relación de pareja, nunca nos pasa por la cabeza que podríamos llegar a ser víctimas de maltrato. Es triste, pero el deseo de “mantener el control” sobre algunas situaciones hace que muchas parejas caigan en el profundo abismo de la violencia doméstica y, por lo general, cuando se permite la violencia, salir de ella es cada vez más complejo.

El maltrato físico y emocional dentro del matrimonio no está ligado a una cultura o clase social específica, matrimonios jóvenes o ya maduros y no es exclusiva de las mujeres. Para ser aún más concreta, incluso los noviazgos en la actualidad se están contaminando con este mal. Lo que es más preocupante aún es que no solo involucra a la persona directamente afectada, sino también a los seres amados de la víctima de abuso. Los expertos clasifican el abuso en los siguientes tipos:

• Maltrato físico: golpes, patadas o empujones.
• Relaciones sexuales forzadas, o cualquier otro tipo de sometimiento sexual.
• Maltrato emocional: palabras soeces, intimidación, humillación.
• Comportamientos controladores o restrictivos: como alejar a la persona de sus seres queridos o impedir que la víctima tenga acceso a información o a asistencia médica. Usualmente las víctimas de maltrato padecen en silencio por mucho tiempo, porque son sometidas a intimidación. Todo tipo de violencia posee desencadenantes, de los cuales no solemos ser conscientes pero, en todoslos casos la conducta obedece a un síndrome de tres etapas: 1. Tensión creciente: Suscitada por la acumulación diaria de tensiones causadas por situaciones conflictivas, las cuales son reprimidas o minimizadas bajo sentimientos de desesperanza, disgusto y depresión.
  1. Explosión: En esta fase la acumulación y represión de tensiones, se concentran en un solo momento, cuando la persona estalla emocionalmente, por medio de actos violentos o agresiones físicas, verbales, emocionales o sexuales.
  2. Remordimiento: El victimario se excusa por sus actos y reconoce la agresión perpetrada; salvo que la culpa daña a su autoestima, y esto facilita el reinicio de estas tres fases cíclicas.
  Es importante que seas conocedora de esta situación, pues es muy fácil que en algún momento de tu vida, tú o alguna conocida tuya puedan pasar por algo similar. Es muy útil distinguir esa delgada línea que hay entre el amor de verdad y una “ilusión de amor perverso”. Yo fui víctima de ello y considero que es bueno reconocerlo para así aprender a distinguir el amor verdadero de un amor enfermo, que solo nos lastimará al punto de perder la confianza en uno mismo y la fe en los demás. ¿Cómo evitar una relación con alguien maltratador?

• Si ya estás involucrada con alguien que tiende a maltratarte, actúa. No estoy diciendo que te pongas al mismo nivel, lo que propongo es que a la primera muestra de agresión, pongas un alto.
• No permitas gritos. Estos son el precedente a los insultos y después de eso la violencia física no se hará esperar.
• No permitas ningún acercamiento sexual que tú no deseas. Expresa tu incomodidad de manera directa y no lo permitas.
• No guardes silencio. “El que calla, otorga”, si eres de esas personas que por evitar un conflicto no dice nada y aguanta callada, estás dando la oportunidad de que empiece el abuso, pues otras personas pueden asumir que estás conforme con la relación, porque no dices nada.
• Piensa que si te maltratan, podrías volverte maltratadora. Una respuesta muy común al maltrato es esa, así que no lo permitas, o después tú puedes llegar a abusar de quienes más te quieren.
• El maltrato se puede hacer extensivo. Tu pareja violenta no solo desquitará sus frustraciones contigo: tus hijos e incluso tu familia podrían llegar a ser víctima de sus agresiones.
• Denuncia. Muchos asesinatos dentro del matrimonio en la actualidad están precedidos por violencia física y verbal. Lo que se recomienda es denunciar el abuso.
• Si una vez te golpea, lo volverá a hacer. No importa cuántas flores, serenatas, regalos o tarjetas de disculpa te dé; si la situación se presentó una vez, existe el riesgo de que se presente de nuevo. La gente cambia, es cierto, pero los abusadores rara vez lo hacen. En la mayoría de los casos, lo mejor es huir. Nunca bastará con tratar de darte tu lugar, amarte y respetarte a ti misma. Mucho se ha dicho al respecto, sin embargo, la violencia va en crecimiento. Un golpe o un grito no es amor y donde hay violencia no hay respeto; una pareja que te ama jamás recurrirá a la violencia. Para más información, te invito a leer este artículo sobre las relaciones de pareja y el abuso emocional.